Como odiaba la clase de historia. No, en realidad odio a la maldita profesora de historia. Hoy era lunes, y estábamos en la segunda hora de esta clase. Miraba el reloj de mi teléfono esperando a que sonara el timbre, y sí, lo reconozco, es un poco tonto mirar la hora constantemente, no es como que vaya a ir más rápido, pero estaba desesperada y era eso o enloquecer a causa de la profesora y su maldita voz. Era la centésima vez que miraba la pantalla del teléfono cuando la mujer al frente de la clase me llamó la atención.
-Señorita Prescott - dijo con su tan irritante y chillona voz - veo que está muy pendiente de la pantalla de su teléfono celular - empezó a acercarse - creo que sería una lástima que tuviera que quitárselo y que su madre tuviera que venir a recogerlo, no le parece? - dijo ya a mi lado.
No respondí, sabía que cualquier cosa que pudiera llegar a decir podía ser usada en mi contra, ya me había enfrentando muchas veces a la señora Pierce y aprendí que nunca tendría las de ganar, esa señora siempre lograba que me castigaran.
-Eso creí - dijo mirándome satisfecha - preste atención señorita, que sea buena en la materia no quiere decir que pueda tomarse recreos cuando lo desee - dicho esto se dio la vuelta y caminó hacía la pizarra para continuar dando la clase.
Veinte minutos después sonó el tan esperado timbre, era libre, al fin. No tardé nada en recoger mis cosas y salir, estaba exhausta, esta profesora consumía mi energía y la transformaba en ganas de golpear cosas, era realmente exasperante. Caminé hacía los casilleros en busca de mis libros para la próxima clase, esperando no toparme con nadie que pudiese empeorar mi humor.
-De nuevo la señora Pierce? - dijo mi mejor amigo acercándose a mi.
Con Dominick éramos amigos desde los 10 años, nos volvimos cercanos porque nuestras madres empezaron a verse muy seguido cuando nos mudamos cerca de su casa. Cuando lo conocí era un niño de ojos verdes y muchos rulos, no mucho más alto que yo, hoy por hoy lo único que había cambiado era que se había vuelto un adolescente que medía 1.80, claramente bastante más alto que yo.
-Te dije que le pongas laxante en su té, o algo de eso, esa mujer es mala, y aquí entre nos, a mi personalmente me asusta - dijo tomando mis hombros y poniendo su mejor cara de fingido horror.
-Vamos Dominik, no exageres, no da miedo - quité sus manos de mis hombros y abrí mi casillero - aunque debo admitir que saca lo peor de mi, lo juro.
-Lo sé, tu cara lo dice todo - dijo haciendo una mueca y luego sacudiendo el rostro - en fin, está por tocar el timbre, vamos?.
-Querido, aún no toca entrar a clase, además tengo que ir al baño, nos vemos en el salón - besé su mejilla y me alejé de mi amigo rumbo a los baños.
Después de lavar mi cara y retocarme el rimel de mis pestañas me dispuse a salir, cuando abrí la puerta, tropecé y caí al suelo. Pero no caí sola, sino que me llevé conmigo a un chico que pasaba por allí.
-Estás bien? - dijo incorporándose y extendiendo su mano para ayudarme.
-Sí!, sí, lo estoy - levanté la mirada y pude verlo mejor, era alto, tenía el cabello castaño y corto, unos ojos miel muy bonitos, llevaba una chaqueta marrón y una camisa blanca, era bastante apuesto - lo siento tanto - empecé a disculparme - no quise tirarte, me tropecé.
-No hay problema linda, es mi culpa, estaba con mi celular y no presté atención- me dedicó una sonrisa - más cuidado la próxima, sí?.
Un momento, me había llamado linda?
-Claro, lo siento - dije y salí de allí lo más rápido que pude.
Que raro, no recordaba haber visto a ese chico en el colegio antes, tal vez iba en otro curso, no lo sé. No pensé mucho más en ello y me dirigí a la clase de biología. Al llegar estaban casi todos en sus lugares y como siempre mi lugar junto a Dominik estaba ocupado por sus libros y su chaqueta, siempre hacía eso para que nadie me lo quitase.
-Hola de nuevo - dije sentándome - la profesora está demorada?.
-Al parecer sí, si en diez minutos no llega nos dijeron que podemos irnos, así que le estoy rezando a todos los espíritus del cielo para que no llegue - dijo sonriendo exageradamente.
-Ojalá te escuchen, juro que tengo muchísimas ganas de llegar a casa y descansar, además, me duele todo el cuerpo, esa caída que tuve no fue de gran ayuda.
-Qué caída? - dijo mi amigo un poco preocupado.
-Oh, eso, estaba saliendo de los baños y choqué contra un chico, me disculpé, me dijo unas cosas y me fui de allí, estaba avergonzada.
-Cosas?, qué clase de cosas? - noté cómo se ponía más serio.
-Como que había sido su culpa, que estaba muy distraído con su teléfono, que era linda.. - me sonrojé.
-Uno no puede ir por la vida diciéndole a chicas a las que atropella que son lindas así como así, no tiene sentido - dijo Dominik cruzando los brazos y mirando hacía el frente.
-Supongo. - dije y en ese momento entró la profesora.
******
Ya habíamos salido del colegio y ya que Dominik vivía a dos casas de la mía habíamos decidido caminar y tontear todo el camino. Cuando se despidió de mi fue cuando divisé un camión de mudanzas en la casa de enfrente, tendríamos vecinos nuevos, eso sería interesante. Cuando estaba a punto de entrar a casa oí que alguien me llamaba.
-Amy! - dijo alguien, al voltear pude divisar al chico con el que había chocado esta mañana quien ahora cruzaba la calle y caminaba hacía mi - te acuerdas de mi?, el bruto de esta mañana?.
-Sí, recuerdo, fue mi culpa en realidad, estaba apurada y no te vi - dije y entonces a mi mente llegó una pregunta que no tardé en formular - espera, cómo sabes mi nombre?.
-Oh, es que fuimos a presentarnos con tu madre y bueno, ella nos habló de su hija, cuando nos mostró fotos fue cuando te reconocí - dijo rascándose la nuca - soy Austin, mucho gusto.
-Ya veo, bueno, soy Amy, un gusto conocerte Austin - dije estrechando mi mano con la suya.
-Empezamos con el pie izquierdo, pero espero que todo sea mejor de ahora en adelante - dijo sonriéndome -Presiento que vamos a ser muy buenos amigos linda.
-Eso creo - dije, y tuve el presentimiento de que este chico me iba a causar dolores de cabeza.
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¿This is love?
RomanceMi nombre es Amy Prescott y tengo 17 años, no hay mucho que decir de mi, mi vida no es muy interesante que digamos, aunque esta vez vine a contarles mi odisea por ese algo tan confuso y abrumador que llaman "amor".