Amor sin límites

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«Narra Tiana»

No es posible que ella haya renunciado al amor, a su ilusión de ser una verdadera princesa, casarse con un príncipe y ser feliz para siempre, como lo había soñado toda su vida, por la felicidad de una simple chica, de baja clase y trabajadora, como yo.

Seguía sin comprenderlo, pero agradecía su bondad y más que todo su amistad.

El tierno abrazo de Naveen fue reconfortante, me sentía un poco mal por Lotte y hasta podría decir que soy una mala amiga por interponerme entre su sueño, pero me alegra saber que no fue mi decisión sino la suya.

Podía percibir que Naveen también lo había deseado, sus ojos tenían un brillo peculiar, el mismo brillo que vi la noche en que la magia surgió entre nosotros, en aquel pantano ahora tan especial. Fue ahí cuando me di cuenta que separarme de Naveen sería un error y que podría tenerlo todo pero no sería feliz si no lo tenía a él.

—Creo que debemos buscar a los chicos —sugirió Naveen con ternura, mientras sonreía.

Asentí y comenzamos a saltar por las calles a fin de encontrarlos. Todo era desierto, toda la gente se había ido, ya no había nadie, ni siquiera los oficiales que estaban antes encarcelando al impostor y mucho menos los asistentes de limpieza.

A la lejanía escuche una voz conocida, que poco a poco se hacía más fuerte mediante se acercaba a nosotros.

—¡Tiana, Naveen! —gritó a un metro de distancia.

Era Louis, venía corriendo, con algo entre sus patas. Se detuvo frente a nosotros y nos observó con lágrimas en sus ojos.

—Louis ¿qué.. qué pasa? —Cuestionó Naveen con curiosidad, yo también quería saber que sucedía, por qué tenía esa expresión, quería saber del por qué de su tristeza.

El sorbió su nariz y nos mostró que traía en sus patas.

Era Ray, estaba herido. Se veía muy mal. Pero seguía con vida, no obstante agonizaba.

Me dolía verlo así y pensar que hace unos momentos atrás estábamos escapando juntos del hombre sombra, debió haberse quedado atrás cuando me dio el talismán y me dijo que corriera. Lamentaba el hecho de haberlo dejado ahora.

—Cher ¿qué paso? Siguen... — Jadeo un poco, haciendo una mueca de dolor —Siguen siendo  sapos —concluyó con un leve suspiro audible.

Sonreí y me gire hacia Naveen.

—Y así nos quedaremos Ray —dije tomando las manos de Navee, mientras él se acercaba a mí y me veía con sus hermosos ojos marrones.

Suspiró un tanto cansado, nuevamente, y cerró los ojos, para volverlos abrir y mirar hacia el cielo.

—Eso, eso es...asombroso — dijo sonriendo —A Evangelyn le agrada oírlo —concluyó mientras su tenue luz poco a poco se extinguía.

Aguardamos un poco esperando que reaccionará y continuará hablando, pero era tarde para eso.

—Ray no —exprese y rompí a llorar, no entiendo porqué pero un sentimiento de tristeza me invadió en el ese momento.

De pronto algo vino a mi mente, algo que podría ser útil.

—Mama Odih —expresé.

—¿Qué? —preguntó Louis.

—Hay que llevarlo con Mamá Odih ella lo salvará —sugerí aún con un poco de esperanza.

Observe sus rostros tristes, no compartían la misma esperanza que yo.

—No creo que sea buena idea Tiana, él ya no está con nosotros —contestó con tristeza Louis.

—Sera mejor volver al pantano y regresarlo con su familia Tiana, es lo mejor —continuó Naveen en apoyo a Louis.

Odiaba que esto pasará, fue un verdadero amigo y ahora lo pierdo; ya era demasiado tarde y no podíamos hacer nada.

Ray había sido de mucha ayuda para llegar hasta aquí, si no hubiera sido por el nunca hubiéramos encontrado a mamá Odih, nunca hubiera conocido más a Naveen de lo que lo conozco ahora y si no fuera por el, yo nunca hubiera conocido el verdadero amor.

Ese amor que se sacrifica por la persona que amas, ese amor que te hace bailar sobre el agua,  a fin de que todos tus problemas desaparezcan tan solo por un momento y ver la refulgente luz de una estrella;  amor que te hace olvidar las penas. Eso era lo que yo necesitaba encontrar, lo que tantas veces escuché a mi madre repetir día tras día.

Regresamos al pantano y llevamos a Ray con su familia, no fue algo fácil, ni para ellos ni para nosotros pero el destino no estaba escrito para Ray, ahora ya no.

Prepararon la ceremonia con el fin de despedirnos de él; según sus tradiciones cuando alguien muere, no es sepultado, al igual que los humanos lo hacen, en su lugar dejan que el río se los lleve consigo a fin de que el fallecido encuentre el descanso eterno en las tranquilas corrientes de la calma.

Ray no sería la excepción, él también se iría por el mismo camino de toda la tierra, y aunque fue  doloroso no tenia más que despedirme y desearle suerte en su próxima travesía de la vida.

ÉL me enseñó que no importa cuan lejos estemos siempre podemos amarnos unos a otros, ahora lo entiendo mejor.  

Poco a poco Ray desapareció entre la niebla de la madrugada y todo se ensombrecía a causa de su pérdida, sin embargo, tiempo después el destino nos mostró su verdadero propósito.

Ray estaba listo para partir y reunirse con su amor.

Una luz, muy brillante iluminaba las aguas del río y seguidamente iluminaba todo a nuestro alrededor, note un punto blanco reflejado en el río y a su lado uno pequeño. dirigí  mi vista hacia el cielo y ahí lo pude ver: una estrella nueva justo a lado de Evangelyn, no daba la casualidad de que esa estrella pudiera ser Ray reuniéndose con su amada por fin.

La lagrimas salían de mis ojos y se resbalaban por mis mejillas involuntariamente, pero ya no era por tristeza, no, era más por alegría, al fin él pudo hacer su sueño realidad. 

Todos a nuestro alrededor, después de divisar lo que ya acontecía en el cielo, ahora se alegraban;  lo que había comenzado como un momento triste ahora se había convertido en un momento de jubilo y celebración, todos sabían el alarde que Ray hacía hacia  Evangely; muy poco lo tomábamos en serio, pero ahora todo estaba más claro:

Que los sueños si pueden volverse realidad.

La princesa y el sapoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora