Post-Endgame. Tony Stark ha dejado atrás una IA con sus recuerdos y actitud. Steve no tarda mucho en visitarla para recordar los viejos tiempos y obtener unas cuantas respuestas antes de que se termine su viaje.
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Stony.
Disclaimer: ninguno de los personajes o sucesos canónicos son usados con fines monetarios. Todo es realizado por pura diversión.
Etiquetas: Steve Rogers/Tony Stark. Mención de Steve Rogers/Peggy Carter. Mención de Tony Stark/Pepper Potts. MCU. Post-Endgame. Compatible con el canon. Romance. Romántico. Ligera angustia. Fluff. Muerte de personajes.
Notas: escrito para el evento Special Stony Challenge, organizado por la página de FB WooHoShin, cumpliendo con mi casilla número siete: IA Tony Stark. Originalmente: T.O.N.Y.: Top OfNew York.
T.O.N.Y.:
Te
Observo desde la cima de
New
York.
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Cuando Steve volvió del pasado se encontró con la novedad de que Tony había dejado atrás una IA que tenía almacenados todos los datos del individuo que alguna vez fue Anthony Stark, que estaba diseñada para servir a su familia y a cualquiera que requiriera, en caso de emergencia, un poco de la inteligencia de Tony. Un poco porque una IA nunca sería capaz de imitar del todo a Stark.
La primera vez que visitó a T.O.N.Y., éste le sonrió y se burló infinitamente por su nueva apariencia de "pasa arrugada", lo proclamó una "paleta de hielo de ciruela pasa", y siguió con un montón de bromas más que el Steve del 2012 hubiera tomado por una gran ofensa. Pero el viejo Steve Rogers apenas era una sombra de su yo más joven, y todas las bromas de T.O.N.Y. le recordaron los viejos tiempos, esos donde luchaban codo a codo y su preocupación más grande era la siguiente pelea verbal o el próximo desacuerdo por el que iban a pasar. Si Steve hubiese sabido que su amistad, casi amor, terminaría de manera tan abrupta, quizá no había titubeado tanto.
Todavía podía sentir en sus huesos el golpe que se dieron sus rodillas cuando cayó sobre ellas porque Tony estaba muerto, el silencio los alumbraba y nunca más volvería a oír el tono sarcástico y lleno de sí mismo que solía impregnar cada palabra que Stark emitía. Dios, aún se le cerraba la garganta, sentía un nudo que le impedía respirar y lo lastimaba, y sus ojos amenazaban por enrojecerse mientras que su nariz se tapaba por el moquillo.
Incluso cuando regreso al pasado y vivió con Peggy, nunca pudo hablar sobre Tony. Atesoró su recuerdo con recelo, fue lo único que nunca quiso compartir. La marcha fúnebre que resonaba en su cabeza cada que pensaba en el hombre que más amo, no como familia, sino como algo más, fue una de esas cosas intimas que considero tan arraigadas en su carne y sangre que no deseaba que nadie se las arrancara. Todas las miradas cazadas, todos los cabellos canosos que revoloteaban como algodón en la cabeza de Tony, todos los colores que brillaban en su mirada, todos los dolores que Stark se encargó de pintar en su piel, todo era de Steve y sólo de Steve. Tony fue un pintor de melancolías, de alegrías, de lúgubres atardeceres y besos que nunca se concretaron. Fue un artista a su manera.
