(DESCONTINUADA) 30 days otp challenge ! | niffty x husk

‧ੈ๑​ Besándose.

[19XX]

─── ¿Alastor no vino hoy? 

─── Dijo que no se sentía bien. Directamente dijo que le pusiste algo en la bebida ayer.

─── Pff.

Tampoco decía una mentira.

Desde hace bastante tiempo ya él a estado yendo con Niffty de lado a lado. No dejaba de seguirla. Así empezó con él y ahora tiene deudas por cualquier parte. Tenía miedo de que le pudiese hacer algo a la chica.

─── ¿Me puedo sentar?

─── Por supuesto.

Era de noche. Era noche de Jazz en el bar. El ambiente estaba tranquilo, el ambiente perfecto para que cualquier escritor o músico tomara alguna "cosa" para relajarse, si saben a lo que me refiero.

La música era tranquila. Niffty veía con impresión a la chica que estaba de locutora en el escenario.

─── Pensé que nadie tenía aparte de músicos podían estar en el escenario.

─── Sé que te gustan este tipo de cosas. Loca.───

─── Oye, habla más fuerte.

Ambos rieron mientras se relajaban con el ambiente del bar. Pasó mucho tiempo desde que ambos se sentían cómodos en ese lugar.

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─── ¿No quieres que te vaya a dejar a tu casa?

─── Me gustaría ir sola. Gracias.

─── Me sentiría más seguro si fuera contigo.

Lo único que se podía escuchar eran un par de grillos y el sonido de los tacones y los zapatos de Husk. Ambos habían dejado de caminar en una esquina, donde Niffty debía doblar para ir a su casa.

─── ¿Mañana vas a volver al bar?

─── No creo. Alastor me mandó a hacer algunas cosas.

Husk tomó su chaleco y lo puso encima de la menor. A lo que la chica no evitó ruborizarse en el proceso. La chica hizo una sonrisa boba al ver que el chico hacía lo mismo.

─── Um. Creo que me voy.

La menor tomó la manga del chico mientras acercaba su rostro a él. Para luego juntar ambos labios en un beso dulce. La menor posó sus manos en las mejillas del chico, él estaba nervioso. La chica también se empezó a poner nerviosa, haciendo que se separara.

─── Uh- Um, ¡Nos vemos mañana-!

─── Pero, no vas a ve-

─── ¡Que nos vemos mañana!

La menor empezó a correr hacía su casa mientras el más alto quedó plasmado en el mismo lugar, aún con las mejillas rojas y una sonrisa tonta en su rostro. Y con el corazón a mil.