—¡Frena, frena!—gritó Erick.
Erick soltó un suspiro de alivio en cuanto pise el pedal hasta el fondo y después comenzó a reír. Agradecí mentalmente el hecho de estar en un lugar que no había nada de autos, sino, ya hubiera chocado más de una vez la camioneta de Erick.
—Soy un asco—murmuré.
—No, no lo eres.
Me dio una sonrisa con claras intenciones de tranquilizarme. Erick era un buen profesor y tenía mucha paciencia, era yo quien no entendía, en realidad si lo hacía pero tenía muy mala coordinación con los pies.
—Ya mira, déjalo neutro.
Moví la palanca de cambios y la dejé en el neutro, como él me dijo.
—Suelta el embrague lento y presiona poquito el acelerador.
—¿Así?
—Sí Nachi, vay perfecto.
Saber que iba bien me causó emoción.
—Ahora dobla a la derecha, con todo el volante nomás... Eso, acelera, pasa los cuarenta, embrague y pásalo a segunda.
Hice exactamente lo que me dijo y todo perfecto. Solté un suspiro de alivio y Erick rió.
—¿Ves? Si no es tan difícil, lo demás es pura práctica.
—Oye, me costó caleta—dije. Él rodó los ojos y después volvió a soltar una risa.
Terminamos caminado asientos, me llevó de vuelta a casa y lo único que pude observar fue el movimiento de sus pies en conjunto de sus manos cuando movía la palanca de cambios. Fruncí el ceño.
—¿Quieres quedarte a almorzar?—le pregunté. Después de la hora y media que estuvo enseñándome a tirones, lo mínimo que podía hacer era invitarlo a almorzar.
Él asintió con la cabeza. Estacionó el auto mientras que yo buscaba las llaves dentro del bolso.
—Parece que andas trayendo locos a los Italianos—dijo. Lo miré y fruncí el ceño, después miré hacia donde él lo hacía y había una rosa con una tarjeta blanca.
"Que tengas un bonito día"
—No sé de quién es, no tiene nombre—me encogí de hombros.
—Que romántico—rió.
—Siéntate—le pedí en cuanto entramos, él me hizo caso y altiro se sentó en uno de los sillones—¿Aún sigues siendo tan regodeón?
—Mhh, solo un poquito—rió.
—¿Alguna sugerencia?
—No, dale con cualquier cosa que yo voy a comer igual—se encogió de hombros.
—¿Quieres jugo o algo?—pregunté mientras sacaba todas las cosas que ocuparía para cocinar.
—Jugo, por favor.
Le entregué el vaso con jugo y él se sentó al otro lado de la isla, cosa que quedáramos un poco más cerca.
—¿Qué fue lo que más te costó cuando llegaste?—me preguntó.
—El cambio de horario, si aún ando con cara de zombie—él negó con la cabeza y soltó una risa.
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Strade separate || Erick Pulgar.
Fanfiction"Los dos estaban caminando en el mismo sentido y no hablo de la dirección errante de sus pasos..."