Like Heroes And Villains [ Leon X Nita]

9. Amigo.

Nita.

Abro lentamente los ojos, siento los rayos del soy que se cuelan por la ventana alumbrando la habitación.

Me toco la cabeza, la cual todavía arde, pero me siento mucho mejor, puedo moverme.

Me enderezo con cuidado de la cama y decido darme una ducha, antes de nada, de seguro que huelo a alcohol.

Siento el frío agua caer por mi piel y refrescando mi mente, necesito pensar en varias cosas.

Recuerdo todo debido a que no me afecta del todo el alcohol, pero ¿ por que Leon me encontró así de repente y se preocupó tanto? Apenas nos conocemos.

Empiezo a vestirme con las mismas preguntas en mi mente, hasta que escucho como se abre la puerta de repente y me asusto.

Al otro lado de la puerta Bea me sonríe, se acerca a mí y me pone una mano en la cabeza, sonrío divertida.

- Creo que soy algo mayor para eso. - le replico sonriendo.

- Ya, pero me gusta hacerlo. - dice Bea encogiéndose de hombros. - se nota que estás mejor, te he preparado el desayuno, ahora me cuentas que es lo que pasó.

Asiento con la cabeza y la sigo hasta el comedor, la verdad es que lo que menos me apetece ahora es que me pregunten sobre Leon o demás.

Me siento en la mesa y esta me deja un gaffle junto con un vaso de leche, le doy las gracias y empiezo a desayunar, esperando cualquier momento las incómodas preguntas.

- Bueno, sobre el chico de ayer... - empieza Bea.

Aquí viene, sólo tengo que decirle la verdad o inventarme una escusa, no es para tanto.

- ¿ Como es que lo conocías? Es decir, nunca me lo habías presentado.

- Lo vi una vez, estaba como siempre en el muelle, choqué sin querer contra él y...

Empiezo a relatarle la historia resumida, ella me mira con expresión concentrada y de sorpresa.

- Pero ¡ si era un extraño! ¿ cómo es que te dejaste llevar en coche?

- En verdad, si hubiera intentado cualquier cosa me hubiera defendido, ¿ no crees?

- Haber, sí, pero ¿ cómo sabías que él no mentía? Además, ¿ Leon Blacker? ¿ Ese no era un sospechoso?

- Me confirmó Brock que no, además, sabía que no mentía. - digo con seguridad.

- ¿ A si? ¿ como lo sabías? - me dice Bea.

Voy a contestarle pero cierro la boca. Sus ojos, eso era lo que más tranquilidad me trajo. Ver sus brillantes orbes verdes me hicieron sentir... bien, a gusto con él.

Pero no podía decírselo, sonaba demasiado estúpido.

Iba a replicarle, cuando de repente suena el teléfono, anuncia una llamada desde la habitación y empieza a sonar desde el cuarto de arriba.