Mi profesora, Reina Sakurakouji, es la mujer más hermosa de la escuela, pero también es famosa por ser muy fría. Un día después de la escuela, me encontré con ella por casualidad, y allí, por alguna razón, me presentó a sus padres como su prometido...
De espaldas a la pizarra, sensei le preguntó a uno de los chicos de la clase:
"Ya les enseñé esto antes, pero ¿estás estudiando debidamente?"
"S-Sí, más o menos..."
"¿Entonces por qué no puedes responder?"
"Lo siento..."
"...Huff. Olvídalo. Siéntate."
Me preguntaba si la bella mujer que ayer mostró vergüenza era realmente la misma persona que esta profesora, que llevaba un traje planchado como de costumbre y una mirada fría sin mostrar una sonrisa.
Pero ahora que sé que su cabello alisado y sus gafas son solo para recrear una belleza fría, tenía muchos pensamientos entremezclados.
¿Por qué se esfuerza tanto en ser tan seria?
Según ella, "Los profesores están en posición de enseñar y guiar a los estudiantes, por lo que tenemos que trazar esa línea firmemente, ¿no?".
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Bueno, entiendo lo que quiere decir, pero debido a que es demasiado estricta, nunca he podido decir que me gusta como profesora.
Aun así, creo que tiene sus lados buenos y malos.
—Kiinkoonkaankoon.
"Bueno, aquí terminamos la clase de hoy. Despídanse por favor."
"De pie—Reverencia."
La clase de sensei terminó con el saludo de despedida obligatorio y todos exhalaron un respiro.
La clase de sensei era diferente de las otras clases en el sentido de la tensión, así que todos parecían estar aliviados de que finalmente hubiera terminado.
"...¿Oh?"
En el camino, cuando estaba a punto de llevarse los quices que había recogido, se encontró con las manos llenas de otros materiales.
En momentos así, normalmente el estudiante cuyo número de asiento coincide con el número del día le presta su ayuda.
"Um, hoy es viernes... Shirase-kun. ¿Puedes ayudarme a llevar esto?"
"¿Eh?"
Por alguna razón, fui designado, a pesar de que no me tocaba a mí.
Era raro elegir a alguien por el día de la semana, pero ¿por qué por ser viernes me correspondía a mí?
Naturalmente, los otros estudiantes parecían tener la misma pregunta, pero ninguno quería meter las narices y ser regañados por sensei.
Bueno, viniendo de ella, debía tratarse de algo intelectual.
