Maneras de ir al cielo o caer de él.

~Al nivel del mar. (1/3).

Shanks x Zoro.

Shanks quiere celebrar su éxito laboral con unas vacaciones en la playa. Relajarse un poco y festejar con alcohol el porvenir.

Cuando de pronto su tranquilidad se ve afectada por lo que le hace sentir un atrevido muchacho al que le es imposible ignorar, por más que lo intente.

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Aquel día no se había salvado del dolor de hombros, los calambres en la espalda o la ligera migraña que apenas comenzaba a surcar por sus sienes. Había sido un día como los otros. Tuvo mucho éxito, como siempre y no se esforzaba mucho para que la gente hiciera lo que él quisiera, pero haber pasado el año con sólo los negocios y contratos lo tenían muy cansado. Felizmente millonario, pero cansado.

Suspiró y se echó el cabello pelirrojo hacia tras recargándose en su asiento y mirando por la ventana las luces de la noche. ¿Hace cuanto no había tenido vacaciones? Dios, parecía haber sido hace mucho tiempo, porque lo último que recordaba de "vacaciones" era su trabajo de verano en la universidad. Limpiaba los pisos y recolectaba la basura en un crucero, pero recordaba con nostalgia la vista del horizonte en el mar y la agradable sensación de sus pies desnudos en la arena.

Se vio los pies, elegantemente enfundados en zapatos de marca y tan perfectamente boleados que alguien podría usarlos como espejo. La comparación de aquellos tiempos cuando enceraba el piso de un barco a ahora que vestía de traje todos los días, le causaba un orgullo inexplicable hacia sí mismo. Sonrió y tomó su celular para llamarles a sus amigos. Quería ir a la playa y ellos iban a acompañarlo.

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—Gran idea —dijo Yasopp con el tarro de cerveza cerca de sus labios sonrientes—. Mi hijo está haciendo la carrera allá, podría aprovechar para visitarlo.

—¡Entonces está decidido! —exclamó contento Shanks alzando los brazos, acercando su tarro hacia el centro de la mesa, sosteniéndolo por encima y Yasopp lo juntó con el suyo. Ambos miraron a Benn esperando que los imitara y él, no tan entusiasmado como los otros dos, simplemente asintió y encogió los hombros un segundo antes de levantar su trago también. Shanks se rió y, después de chocar los cristales con emoción, se lo terminó de una.

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La playa a donde iban era conocida por tener miles de kilómetros de hoteles a la orilla del mar. Shanks tenía mucho dinero invertido en ese lugar, en una cadena de hoteles con temática tropical pero elegante, para aquellos que, como él, vivieran una vida en la alta sociedad y quieran unas relajantes vacaciones en un lugar no muy alejado a los cuidados a los que ellos estaban acostumbrados. Invirtió también en clubes nocturnos independientes de los cuales casi nunca se ocupaba, pues sus empleados le resolvían la vida de ese lado de sus ingresos.

Como se prestaba y no habría problema en absoluto, Shanks, Yasopp y Benn llegarían al hotel del pelirrojo. Que con impresionantes vistas a ambos lados de la playa, se acomodaron en suites diferentes cada uno. Y, aún con su traje, Shanks esperó a que las mucamas se encargaran de su equipaje y que dejaran lista su habitación mientras él hacía unas llamadas en uno de los restaurantes del lugar.

—¡Zeff, Sanji! —exclamó el gerente del hotel, quien, al lado de Shanks, levantó la mano al llamar a un viejo con largo bigote, que se acercaba junto a un atractivo muchacho rubio (sí, "atractivo" fue el primer adjetivo que se le vino a la mente para describir a aquel chico), ambos perfectamente uniformados. Shanks alzó la mirada de su café para observarlos, después se puso de pie tranquilamente a saludar—. Señor, éste es el jefe de cocina, Zeff —el hombre le tendió la mano y Shanks la tomó en un apretón firme, Zeff se lo devolvió con respeto y se apartó después—. Y él —el muchacho dio un paso al frente con una sonrisa—, es Sanji. Cocinero principal y ayudante del chef.