Epílogo.

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A YuQi le habría gustado decir que SoYeon y ella dejaron aquella noche en el pasado, y aunque de alguna manera fue así, seguía sintiéndose ansiosa o nerviosa cuando estaba cerca de ella, pues eran escasas las veces que se topaban, y más raras aún las ocasiones en que cruzaban palabra, pues a diferencia de como esperó que sucedería, ellas jamás tocaron el tema desde que su hermano las presentó.

Algunos meses habían pasado desde entonces, y ahí, en la celebración de la boda de Lucas, no podía evitar pensar en toda la situación, simplemente no sabía cómo sentirse al respecto, es decir, se sentía feliz por su hermano, pero sabía que lo que había pasado estaba mal, al final del día, su prometida lo había engañado con ella, su hermana, pero YuQi ni siquiera sabía su nombre en ese momento, jamás lo habría hecho si hubiera sido consciente de quién era la rubia.

Tal vez lo pensaba demasiado y sólo debía disfrutar de la fiesta, ya que inevitablemente, Lucas y SoYeon, ya estaban unidos de por vida, y nada de lo que ella pudiera hacer lo cambiaría.

Con la copa de vino en la mano, podía ver a los novios festejar, a sus padres tan contentos, y de cierta manera le entristecía, porque ella jamás tendría eso, no ahora al menos, el poco apoyo y atención se sentían en la mesa donde yacía, sola, únicamente con esa copa de poco vino.

— ¿Lo pasas bien, pequeña? — preguntó Lucas, ni siquiera se percató del momento en el que se sentó a su lado por estar tan inmersa en sus pensamientos.

— ¡Claro! Sólo que los tacones me tienen harta, no debí aceptar ser dama de honor — respondió sonriente, su hermano no tenía la culpa de nada.

— Lo siento, no todas las amigas de SoYeon podían serlo, además te ves hermosa en el vestido que escogió ella, tiene buen gusto, ¿verdad?.

— Sí, el lila se me ve bien.

— No es en la única cosa que ha acertado, ¿sabes? Es una mujer muy inteligente — dijo, rodeando con su brazo a YuQi — Jamás imaginé terminar casado con ella... — se detuvo un momento — quiero decir, que ella aceptara ser mi esposa, pero soy afortunado, supongo — contó, con la mirada perdida entre la gente.

— Lo eres, siempre lo has sido, eres el favorito — respondió la otra, tratando de seguir la conversación.

— ¡Oye! No digas eso, tú también eres muy afortunada, aunque no lo creas, a veces te envidio.

— ¿Qué podrías envidiar de mí? Eres exitoso, encontraste al amor de tu vida y todos te adoran, yo no tengo nada de eso — respondió risueña.

Lucas soltó un suspiro pesado — Aunque esas cosas me hacen feliz, no lo son todo — la miró con seriedad — No me hagas mucho caso, esto de la boda me tiene algo distraído — sonrío, como si evadiera la conversación.

— Lucas, ya es hora — le avisó un apresurado Ten, el mejor amigo de su hermano, quien haría de su chófer también.

— Que te diviertas en Francia — le deseó YuQi, pues era el momento en que su hermano y su ahora esposa tomarían el vuelo para su luna de miel en Paris.

— Tú también debes divertirte mucho — respondió, dejando un beso en su frente y levantarse de su lugar, pero se detuvo para acercarse al oído de su hermana sin que esta lo notara — A veces las cosas no suceden como uno quiere, pero créeme, valen la pena — le susurró.

¿Que había sido eso? Tal vez la fiesta y el alcohol ya lo tenían por las nubes, eso debía ser.

La feliz pareja se fue en una limusina, directo al aeropuerto para tomar el vuelo a Paris, se despedían por la ventana sonriendo, mientras todos los invitados les deseaban la mejor de las suertes.

The Blonde • YuYeon OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora