-Vale Ed. Ha llegado la hora.
-Sí, vamos allá.
Ed y Pe decidieron la noche anterior que Pe iba a acompañar a Ed en su aventura, y habían elaborado un plan para burlar la seguridad y los guardias.
-Vayamos al tejado.
-Sí.-
Desde allí se podían contemplar todos los guardias de la plaza, armados cada uno con espadas y fusiles, y en el medio de la plaza residía una campana para dar la voz de alarma si había algo raro. También decidieron que la armadura que PE le regaló a Ed seguiría siendo de Pe, que este accedió.
-Ed, ve por esos tejados, y envenena a esos cuatro guardias con los dardos y la cerbatana que te he dado, yo iré a por el de la campana y a por esos tres.
-Vamos pues. -Ed escaló hasta llegar encima del tejado de la casa de la derecha, donde debajo estaban los cuatro guardias. Lo que hiba a hacer requería una gran destreza, y además una gran visión para localizar a los guardias en la noche y a la luz de la luna. Rápidamente, Ed, cogió la vieja cerbatana, y disparó al primer blanco, que aturdido empezó a tambalearse, cosa que llamó la atención de los demás, a lis que rápidamente les disparó el dardo. Pero un momento, faltaba un guardia, ¿Dónde estaba? De momento oyó algo detrás de él, y se giró rápidamente clavándole su oja oculta entre los pómulos de la cara. Qué desagradable sensación recorrió su cuerpo, había matado a una persona que probablemente tenía una familia e hijos a los que criar. Se tiró al suelo, y empezó a llorar.
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El destino
AventureEdhros es un chico que vive en el valle de Ghormundur, con su padre y su madre. Su padre tiene una obsesión por las armas y el cuidado de las mismas, y hace entrenar mucho a Ed, cosa que a él no le apasiona tanto como a su padre. Ed, por fin, harto...