Pero, ¿cuál es tu historia?

Epílogo.

Han pasado dos meses desde que me di cuenta de aquello. Ha pasado la Navidad y ahora estamos en Febrero. Más exactamente el 19 de Febrero (jueves).

Os explico: Alex y yo no hemos vuelto a hablar. Por más que él intentó acercarse a mí, nunca se lo perdoné.

Con Steisy me llevo bien, pero ella y yo no estamos como antes. Supongo que ya no me vería provecho, ya que me utilizaba para acercarse a Alex. Y le funcionó, ahora salen juntos otra vez.

Ángel y yo somos mejores amigos. Me recoge para ir al insti y allí siempre estamos juntos. No sé qué haría sin él.

E Ignacio. Llevamos 2 meses juntos. Sé que estoy enamorada de él. Y él de mí. Se lo contamos a mis padres y ellos están contentos por nuestra relación. No estamos tanto tiempo como antes juntos (todo el día prácticamente), sino que quedamos para comer y luego vemos pelis, estudiamos o voy a escucharle cantar.

Y eso es todo. Bueno no, Babi me mandó una carta por Navidad. ¡Mi diablo pelirrojo! Resulta que su padre tuvo nuevo destino y tuvo que irse a Estados Unidos sin avisar. Le respondí con toda mi historia y en ella puse mis redes sociales, así que hablo con ella todos los días. Es mi mejor amiga, no sé cómo no me di cuenta antes.

Y ahora la actualidad más presente: mañana es mi cumpleaños. Ignacio y yo lo hemos hablado y estamos decididos a dar el paso. No volví a tratarle como aquel día. Solo besos. Y ya está. Y él estuvo más que contento con ello.

Tengo nervios. Demasiados. Pero supuestamente debería estar tranquila ¿no? No sé que pasará mañana.

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Después de toda la mañana en el instituto a su lado no sé que podría salir mal. Me ha regalado una rosa azul. Y un anillo que pone nuestras iniciales. Me ha hecho muchísima ilusión.

Le veo salir de nuestra clase y se dirige hacia mí con prisa. Me coge de la cintura y me da vueltas por los aires. Vamos a su moto y llegamos a una casa rural. ¡Cómo se lo curra mi niño! Entramos y veo preparada la comida. Oiiish, que rico. Damos un paseo y vamos a la habitación.

-Mmm...

-Sh.

Indecisa, busco cualquier apoyo en mi ser para seguir adelante. Me muerdo el labio y me quito la camisa. Le veo sonreír y tiro la camisa al suelo entre risas.

Le veo acercarse. Me coge de la mano y me lleva hasta la cama. Me sienta y ambos reímos. Se quita la camiseta y entonces mi seguridad aparece sin irse. Se pone enfrente mío y con la punta de sus dedos me baja el tirante del sujetador, besándome en el hombro. Me retira la trenza y entonces me besa en la clavícula. Me baja el otro tirante, besándome en el contrario. Mi respiración se entrecorta. Me besa en la boca y le quito los pantalones. Entonces quedo debajo de él y recuerdo ese día. Me desabrocha mi sujetador, pero yo me tapo. Me mira confundido.

-Ignacio, no puedo. Creía que estaba preparada pero no lo estoy. Lo siento.

Me deslizo por debajo de él y me visto. Ya me decidía a irme por la puerta cuando le escucho.

-¿Por qué?

-Ignacio, te quiero. Pero no estoy preparada.

-Quédate conmigo a dormir, por favor.- me suplica con sus últimas esperanzas. Veo a un niño a través de sus ojos. Veo que me necesita como a una madre. Y aunque sé que debería irme no lo hago.

-Siempre, Ignacio, siempre.-Me tumbo a su lado y nos dormimos, hasta que nos despierta el amanecer.

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Ya han pasado diez años desde ese momento. Diez años de rupturas, discusiones, reconciliaciones y risas. Pero en ningún momento he dejado de quererle. A pesar de que no lo hicimos esa noche, nuestra primera vez fue muy especial.

Tan especial, que hoy, el día de mi cumpleaños y de mi boda, no pienso renunciar a él.

Supongo que así es el amor. Entregarte a la persona a la que amas. Entregarte sin miedo a que no te acepte. Es un barco que viaja a la deriva, sin rumbo; cuyo único capitán eres tú mismo. Y por muchas tempestades, el nuestro sigue a flote. Aunque el nuestro no vaya por el mar, claro.

Y hoy, cuando todos me pregunten sobre mi historia una y otra vez sin hallar respuesta hasta que digan: Pero, ¿cuál es tu historia? Les contaré cada sentimiento que el me provoca, porque esa, esa es mi historia.