☸Best Friend☸ [A Kiribaku story]

❤1💛

Y es porque, quiero ser tu chico favorito.

Quiero ser el que haga tu día.

En el que pienses mientras estas despierto.

Quiero ser la razón de todas tus sonrisas, diablos... esa sonrisa.

Si le preguntaran a Katsuki Bakugou desde hace cuánto no logra dormir bien, seguramente el diría algo como... "Eso no es tu asunto, idiota".

En su cabeza, el sabe perfectamente desde cuando no logra cerrar los ojos y descansar por completo de ocho de la noche a siete de la mañana.

Han pasado unos meses luego del incidente en Kamino, cuando fue rescatado de manera exitosa por Deku, el maldito mitad-mitad, y los demás idiotas.

El problema era que, no consideraba a Kirishima dentro de los "demás idiotas", de hecho, es la única persona a la que de verdad le agradeció el haberse esforzado por ayudarle a escapar.

Eijirou Kirishima.

El "pelo puntiagudo", aquel chico que ha estado a su lado desde el inicio en la U.A, siempre ha sentido una mínima simpatía por el pelirrojo, ya que considera que es un gran guerrero, y que el digno de ser un héroe y compartir unos segundos del día con él.

Lo cual era extraño, ya que nunca llego a pensar que se relacionaría de esa manera con alguien de la escuela de héroes más prestigiosa, creía que todo el mundo le importaría un comino, Oh... lo equivocado que estaba el pequeño Katsuki.

Desde un inicio, sabia que lo que menos aceptaría es que lo rescataran de las garras de la Liga de Villanos, ya que quería ser el solo el que saliera de ese lio, siempre por si solo, y no le importaba lo que Deku hiciera, odiaba que rompieran su ego de una manera tan despreciable como lo hacía ese maldito nerd.

Pero Kirishima era diferente, nunca pronuncio un "¿Estas bien?", siempre se esforzó por hacer que Bakugou diera todo de si, y nunca subestimo su poder, de hecho, se noto que de lejos, admiraba mucho la tenacidad y masculinidad de Katsuki.

Es por eso por lo que el chico explosión comenzó a ver a Red Riot como un igual, sentía que ambos iban por la cima, pero Kirishima nunca trataba de ir delante de él, al contrario, le parecía ver que el chico solo quería poder ir a su lado, acompañarlo, apoyarlo. El era ese amigo que nunca vio a su alcance, los niños inútiles que le seguían de pequeño lo hacían por simple popularidad, ya que a los ocho años, Bakugou despertó un quirk fantástico a ojos de los demás niños de su edad; eran sus subordinados, nada más que eso.