ᴏɴᴄᴇ ᴜᴘᴏɴ ᴀ ᴅʀᴇᴀᴍ.
Narra Hades.
Otra vez solo en casa.
Mucho gusto, me llamo Hades Nielsen, tengo dieciocho años de edad y vivo en ésta aburrida ciudad.
¿Por qué estoy solo? Verán, mis padres son unos científicos muy prestigiosos y debido a su trabajo siempre están viajando. A pesar de eso, no me considero un chico problemático, de hecho creo que soy una persona tranquila de pocas palabras.
He estado teniendo sueños extraños, siempre soñaba que ayudaba a una chica a encontrar objetos, mientras nos perseguía gente con batas de laboratorio. A pesar de que en mis sueños no pude ver qué tipo de cosas hacían ésas personas, sí pude percibir sus malas intenciones.
La imágen de la chica se quedó grabada en mí mente, no la conocía de ningún sitio, pero sé que si la veía la reconocería instantáneamente. Ésa personalidad suya sería difícil de olvidar.
Debido al trabajo de mis padres siempre estamos cambiando de ciudad, llevo poco tiempo aquí, justo a tiempo para el comienzo del verano. Me gusta estar solo y poner música a todo volúmen, hace que todo esté bien otra vez, aunque también me gusta salir de vez en cuando con mí amigo Julian.
Julian es un chico de mí edad, tiene ésa apariencia de chico malo que escucha Metal y en realidad escucha música romántica, su cantante favorita es Lana Del Rey. Se oculta bajo ésa fachada de chico rudo pero tiene bonitos sentimientos y a pesar de que hace críticas de películas de romance conmigo, sé que le gustan en secreto.
Salí de casa y fuí al trabajo de Julian, atendía en un supermercado a unas pocas cuadras de mí casa. Cuando llegué le hice señas por la ventana de la tienda y me respondió con un pulgar arriba.
-Hey, ¿cómo estás? -me preguntó mientras me abrazaba dando una palmada en mí espalda-. No me esperaba la visita del Dios del Inframundo -dice y hace una reverencia.
-Hola Julian -dije riéndome de él-. Lo siento por no avisar que iba a venir, estaba algo ocupado.
Mentí, pero no iba a aceptar que extrañaba pasar tiempo con él, últimamente Julian siempre estaba ocupado con su trabajo o con la chica que le rondaba la cabeza éstos días, una tal Abby.
Se conocieron una semana, el último día fueron a una fiesta, la chica tomó de más, besó a mi amigo y justo después vomitó. Julian nunca iba a dejar que se fuera a ir así tan tarde, intentó que le dijera su dirección para llevarla directamente a su casa pero la chica no fue capaz de articular una palabra, terminó quedándose en su casa y cuando despertó creyó que había pasado algo más, se fue corriendo y dejó su chaqueta.
Ahora mí amigo iba a ser el príncipe azul que le devolvería la chaqueta al encontrarla por arte de magia porque el amor todo lo puede, qué encantador.
No me vayan a malinterpretar, no soy una especie de Grinch del amor o algo así, pero nunca me he enamorado y el matrimonio de mis padres sólo se basa en trabajo. La única referencia que podría tomar son las películas de romance y ni son reales, algunas hasta tienen historias o personajes muuy cuestionables.
-Tranquilo, ya tenemos planes para la noche, -me cuenta con una sonrisa-, más tarde te iba a llamar para contarte.
-¿Enserio? -pregunto con curiosidad-. ¿Cuáles serían ésos planes?
-Bueno, querido amigo, hemos sido invitados a una fiesta.
-¿Hemos? -me río-. ¿Quién fue el pobre chico al que manipulaste con papitas gratis para que nos invitara a su fiesta?

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Eres tú.
Teen FictionHades Neilsen y Débora Winden han tenido sueños espeluznantes, no le dan importancia ya que claro, son sueños. Pero, ¿qué pasa cuando se encuentran y se dan cuenta que no fue tan irreal después de todo?. Una historia llena de misterios, un poco de c...