《°24°》

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Samanta Mondragón

Traidora.

¿Capitalista o Rebelde?

Humana, como cualquier otra persona.

Recordaba aquella pradera, parecía un paraíso en medio de todo este desastre, un oasis a mitad del desierto ardiente. La blancas nubes corrían con rapidez y surcaban el hermoso cielo azul, el pasto se alzaba por mis pies descalzos y me acariciaban las pantorrillas, a lo lejos en la línea del horizonte había un bosque lo suficientemente verde como para poder esconderse en él y perderse.

Siempre terminaba aquí, es un mundo donde nunca he estado, nunca he visto el pasto verde o el cielo azul, las nubes blancas o los bosques frondosos, sin embargo mi memoria logró crear esta ilusión para calmarme y para poder pensar, para alejarme de todo y de todos, es un mecanismo de defensa que lograba apartarme de mis problemas, de mis miedos y ansiedades, donde podía pasar horas escuchando el viento silbar y las malezas chocar entre ellas, donde no tenía que pensar en las malas decisiones que he tomado en mi vida.

Trato de ser fuerte, mi legión me necesita de esa forma, no puedo desmoronarme frente a ellos cuando antes todos los días debiamos de pelear por nuestra vida, no conocen a la Samanta débil, a la que no sabía cómo bailar o cantar, a la que a todas las órdenes siempre les encontraba fallas y tenía miedo de decepcionar a todos. 

Entonces, porque nuevamente me encuentro aquí, sola.

A lo lejos escucho un pitido, siento pesados mis ojos y tengo ganas de dormir. Alguien me toca el hombro y cuando volteo para poder ver quien es me despierto.

Mi cuerpo se siente frío a pesar de las gruesas mantas que llevo encima, los aparatos que hay a mi alrededor hacen ruidos extraños y cuando quiero respirar siento un tubo de oxigeno en mi nariz, con calma logro zafar un brazo y veo la intravenosa colocada en la parte posterior de mi mano, solo había sido un desmayo, creo.

Intento incorporarme pero solo recibo dolor en todo el cuerpo y suelto un quejido, mi posición no me permitía ver bien mas allá de la orilla de la cama. Escucho respiraciones pesadas y profundas, mi cerebro empieza a calcular rápido, no deben de haber pasado muchas horas, si estoy en lo correcto, mi temperatura corporal es baja lo que indica que el ambiente tambien asi que es de noche, tomamos el baño por la tarde, algunas tres o cuatro horas habrán pasado. 

—Sistema inicia.—inicié el sistema pensado que estaba sola en la habitación pero cuando la luz se disparó hacia el techo una cabeza salió a mi izquierda, por instinto intente llevar mi cuerpo hacia la derecha volviendo a caer en dolor.

—No te muevas Sam, los calmantes para el dolor parecen ya estar pasando de efecto.— no era Marco ni Joshua. Mis ojos caen en la persona y aparece un Tenash cansado y con ojeras bajo los ojos, abro la boca pero él vuelve a hablar.— Tu legión está aquí solo que todos están dormidos. 

Aprieta un botón al lado de la camilla y esta poco a poco va subiendo para que yo pueda sentarme en la cama, el se mantiene a un lado, a un metro de mi.

—¿Qué sucedió?.— le pregunto cuando puedo estar totalmente sentada.

—Te desmayaste en el baño y, bueno, digamos que pude llegar a tiempo para traerte al médico.— no estaba mintiendo ya que su mirada estaba fija en la mía.

—¿Como es que llegaste rapido?, Marco y Josh estaban mas cerca que tu.

—Llevo siguiéndote toda la semana de cerca, quería ver como te comportabas.— genial, y yo pensando que me odiaría por el resto de mi vida.— Honestamente no toleraba la idea de que tuvieras mas personas conocidas, me sentía especial al ser tu amigo aquí, cuando te vi en el desierto no dude en llamar a los refuerzos por que tenia miedo de que te fueras.

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⏰ Última actualización: Aug 19, 2020 ⏰

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