U - N - O

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Quizá mi primer día en la primaria no fue tan malo como el resto.

En el receso yo estaba sentado en una de las bancas que se encontraban frente de cada uno de los salones. Gracias a que la banca color madera estaba sola, podía estar sentado de mariposa viendo todo y a todos. A las y los profesores hablar y de ves en cuando reir mientras comían un lonche cada una del que, se pusieron de acuerdo para saber quién iría por la comida antes del descanso. Podía apreciar a las monstruocidades de los alumnos de cinco grados más grandes que yo jugar fútbol, como algunos se molestaban por un mal pase o por que simplemente estaban perdiendo.

Yo también juego fútbol.

Sonreí al simple echo de recordar eso.

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El año pasado, cuando estaba en tercero de preescolar era parte de un equipo de fútbol. Era el portero, nunca metí un gol pero tampoco me metieron uno. Era muy bueno -O al menos eso me decían mis padres-. Recuerdo también que en el equipo había una niña, que no le agradaba a nadie -a excepción de mi-, por el simple echo de ser mejor que el resto de mis compañeros. Ella fue la única persona en meterme un gol de todo el equipo y en ves de molestarme le pedí que me ayudara para practicar los penales. Ella accedió contenta. Nos hicimos buenos amigos.

-¿Por qué son morados?-preguntó ella, cuando vio mis tenis.

-Me parece que es un bonito color-respondí.

-Te queda muy bonito-dijo sonriente.

Rápidamente la voltee a ver. Tenía una sonrisa sincera que logró que me sonronara. Es raro cuando alguien te dice un cumplido, y es más raro aún cuando todos me habían dicho que era una niña simplemente por el color de mis tenis, por que el morado al igual que el rosa, es color de niñas. Es estúpido sexualisar los colores, pero eso lo supe barios años después.

-Gracias.

<---{ × }--->

Del otro lado de la escuela estaban niños más pequeños correteando se unos a otros con una gran sonrisa. Algunas niñas estaban sentadas en un círculo comiendo mientras platicaban y los pocos que pasaban frente a mi me miraban estar solo, imaginando las miles de maneras en las que el balón de fútbol se salga de la cancha y golpee a uno de los niños más pequeños o a una de las muestras.

Pensé que muy apenas las personas que pasaban lograban notar me hasta que una suabe voz llamo mi atención.

-¿Tú tampoco tienes amigos?

Mi querida alma gemela - VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora