Era un día nublado, la lluvia azotaba mis ventanas, podía escuchar el cántico del viento, era el clima perfecto para mi. Estaba leyendo "Orgullo y prejuicio" de "Jane Austen", mientras escuchaba música de fondo y tomaba un chocolate caliente con unas galletas recién horneadas.
Mi hermana estaba a la par mía mientras veía una película, estaba en su cama enrollada con las mantas, escuchaba lo que los actores decían, creo que esta viendo orgullo y prejuicio. Reí mentalmente, pues ella veía la película mientras yo leía el libro, siempre era así, yo era la lectora de las dos, mientras que ella era la de ver película es mejor, ¿Para que, perder el tiempo leyendo un libro en el que me tardaré en terminarlo un mes o dos, cuando puedo ver la película en 2 horas y media?
—En vano he luchado. No quiero hacerlo más. Mis sentimientos no pueden contenerse. Permítame usted que le manifieste cuan ardientemente la admiro y la amo - Leí en voz alta lo que dijo el personaje, al mismo tiempo que esa frase se reproducía en la película.
Mi hermana y yo volteamos a vernos y reímos, era muy cómica la situación, ademas nos reíamos por todo. Ella regreso a su película y yo a mi lectura.
—¡Emma! - grito mi madre desde la planta baja.
Me paré de la cama y a regañadientes baje hasta la cocina, donde ella se encontraba haciendo la comida, para el almuerzo. Odio que me interrumpan de mi lectura y ella lo sabe, a veces me llama solo para molestarme, y vaya que lo consigue.
—¿Que pasa madre? - pregunté cuando llegue a su lado.
—Necesito que vayas a la tienda y me compres queso, por favor - dice ella mientras me extiende el dinero
—De acuerdo, ya regreso - le dije mientras subía las escaleras y me cambiaba el pijama por unos jeans, una camisa simple, unos tenis y un suéter.
Baje corriendo las escaleras, agarre las llaves de la casa y agarre un paraguas para salir de la casa. Cuando estuve afuera de mi casa, podía escuchar las gotas de agua caer contra el paraguas y sentía el viento dar directo en mi cara. Empecé a caminar hacia el supermercado que estaba a 2 calles de la mía.
Después de caminar las 2 calles llegue a la tienda y después de entrar cerré el paraguas y lo agarre en una mano y me dirigí al pasillo de los lácteos. Cuando llegue empecé a buscar la crema y al encontrarla la agarre y luego de agarrarla me dirijo a buscar el queso.
—Vaya, vaya, mira a quien tenemos aquí - dijo una voz a mis espaldas. Al voltearme me encontré a la cara de mi mejor amigo, James a centímetros de la mía
—Tonto me has asustado - le dije mientras retrocedía un paso, pero resbalé y el me agarró antes de caer. Esto es digno de un cliché.
—Estas algo torpe, tal vez más que yo - dijo en tono divertido, pero no se movió de su posición
—Oh cállate, solo me has asustado y además el piso está resbaladizo - me justifique. El sonrió divertido - oye, ya puedes soltarme - comenté divertida
—No, no quiero - dijo acercándose más a mi rostro
—Esto es tan cliché, igual que en las películas - dije y ambos empezamos a reírnos.
Empezó a acercarse más, hasta que su cara estuvo a centímetros de la mía, sentía su aliento chocar contra mi cara, pero antes de que pudiera hacer algo me aleje rápidamente. Un incómodo silencio se instaló entre nosotros, así que agarre el queso y me fui de ahí, dejando a James, parado ahí.
Pague las cosas y me fui de ahí corriendo, pero sentía que me seguían así que volteé y vi a James
—Yo, yo lo siento. No debí hacer eso - dice el bajando la mirada al suelo
—No te preocupes - le digo regalándole una sonrisa - vamos acompáñame a casa - le digo. El asiente y me sigue, al llegar a mi casa nos quedamos en la puerta en un silencio.
—Yo, en verdad lamento lo de antes pero me gustas, más de lo que alguien me llego a gustar jamás - dice James acercándose
—Yo... - no se que decirle, así que me quedo callada. El supongo que toma mi silencio como un no ya que se da la vuelta, y yo me quedo allí procesando su palabras.
El sigue caminando hasta que llega a 2 casas de la mía. ¿Saben que? Al diablo mis inseguridades
—¡James! - le grito y el voltea, yo suelto las cosas y empiezo a correr hacia el, pero que cliché. Al llegar delante de él, le besó, como llevó queriendo hacerlo hace dos años.
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Al separarnos el sonríe.
—¿Eso quiere decir? - pregunta esperanzado
—Que también me gustas - le digo y el jala mi cabeza para besarme de nuevo