Capítulo 7 Advertencia

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-¿Qué relación tiene usted con Legoshi?- Recarga sus brazos en su escritorio y junta las puntas de sus dedos.

-Compañeros de clase, como de club ¿Por qué pregunta algo tan obvio? Conociéndote, no eres alguien que realice esa clase de preguntas a menudo.

Tan solo estar en esta silla acolchonada, que al parecer esta defectuosa, se nota que le cortaron las patas al sentarme; siento el desnivel de dos esquinas. Tengo las rodillas pegadas a mi pecho. La escuela debe admitir de una vez por todas que las sillas son compradas en una tienda de algún barrio bajo... ¡Es sencillo! Esta silla es de un comedor.

-Es distinto a lo que observo, tienen una interacción bastante cercana entre los dos.

-¿Qué tiene de malo nuestro compañerismo?- Le formulo la pregunta con indiferencia.

-No hay ningún problema, más bien, me alegra que arreglaran sus diferencias, solo me molesta la clase de compañerismo que tienen.- lo dice en un tono de disgusto, y se recalca más en su expresión al decir su molestia.

-Y, ¿A qué se debe su molestia?

-Te acercas demasiado a él, y me inquieta lo que atentas en hacerle.- Estaba en un tono molesto y un rostro que guardaba una ira inconmensurable.

Tengo miedo en preguntarle, espero que con esto, no eleve su enojo.

-¡Acaso! ¿Tienes celos de mí?

Mi atrevida pregunta que le plante al ciervo, le causa una confusión en su expresivo rostro.

-¿Celos? Que menuda barbaridad la que dices, te hable para saber que daño le harás al lobo. Aunque te hayas ganado la confianza de él yo no confió en ti, estoy encargado de protegerlo al ser el tramoyista que hace mejor su trabajo, que está pendiente de cualquier detalle faltante en alguna obra y que me obedece como un buen perro domesticado; no como otros que hacen un caos en la obra y se involucran en la mayoría de ocasiones en un problema, en el que se metieron desde un principio por ellos mismos.

-Además de la evidente indirecta hacia mí, se nota que halagas demasiado al lobo.

-No lo estoy halagando, solo comento la gran ayuda que ha portado en el club, y no es una indirecta que solo está dirigido hacia ti, sino a otros integrantes peores que tú.

Parece que aún mantiene la cordura, sin embargo noto que esta algo inquieto con sus manos, las mantiene muy juntas al entrelazar los dedos y las frota de forma discreta, aunque yo si lo estoy notando, lo peor es percatarme de las pequeñas gotas de sudor que recorren en su rostro.

Se me hace curioso si me atrevo a decirle lo que tengo en mente; seria con la intención de provocar en hacerle que se le hierve la sangre a más no poder.

Sería muy divertido la expresión que lograría en hacerle.

Empiezo a carcajearme un poco fuerte, por toda la habitación se hace presente mi ruido; con un ciervo más confundido y a la vez ofendido con mi acción.

-¿Qué te causa tanta gracia? ¿Te estas burlando de tu superior?- Ya se está desesperando, a solo elevar su tono de voz lo pone en evidencia.

-¡No!... Me causa gracia... Que... Usted... Le fascine... Tan solo la idea de probar... La teta de lobo.- Me estaba muriendo de la risa no podía formular bien mis palabras; no era posible que le insinué esas palabras, era mi pase directo a una muerte asegurada por parte del ciervo.

-¿Qué COJONES TE REFIERES CON PROBAR...? ¿Una teta de lobo?

-Estar junto a ese lobo... Acostados en una cama... Recostado en su bien formado pectoral, mientras estas lamiéndole una teta y causándole una gran excitación... Y le provocas el deseo de introducir su gran falo, dentro de tu pequeño y apretado orificio anal...- Lo digo en un tono seductor, como si estuviera narrando una novela erótica dirigida para madres solteras de cuarenta años.

Somos Extraños. Beastars (LegoshixBill)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora