Los rayos del Sol, que entraron por la ventana de la habitación, tocaron el rostro de la pelirrosa, por lo que soltó un pequeño gruñido molesta y giró su cuerpo para volver a conciliar el sueño.
-¡Ya levantate, Sakura!- La voz de su madre hizo que la mencionada abriera los ojos y se sentara lentamente en su cama tratando de despertarse.- ¡Debemos de irnos de la Aldea!
-Mhn...- Su mano frotó su ojo derecho, mientras que la otra sostenía en borde de su cobija. Después de unos minutos, la menor bajó de su catre y se dirigió al baño.
Al llegar al sanitario, colocó un banco enfrente del espejo y se subió en este, al levantar la mirada se encontró con su reflejo; Sus mechones rosados desordenados daban un aspecto de nido de pájaros, tenía un pequeño rastro de saliva seca debajo de su labio, sus pequeños ojos jades aún no estaban abiertos totalmente y su pijama se encontraba desalineada.
-Que linda...- Soltó con seriedad observando su apariencia
Tomó su cepillo de dientes y comenzó a hacer su rutina diaria de higiene por la mañana, al terminar de lavar su boca y rostro, pasó un peine por todo su cabello, asegurándose de mantenerlo ordenado. Salió del baño y caminó hasta el comedor, encontrándose con su padre sentado en el comedor, sosteniendo un periódico que cubría su rostro, mientras que su mamá salía de la cocina con su plato de desayuno.
-Buenos días, Saku-chan.- Saludó su madre, colocando el almuerzo de la menor en la mesa.- Date prisa y desayuna rápido, debemos de salir temprano para no llegar tarde con tu tía.
-Su mano rascaba con pena su nuca.- Buenos días, Okasan... Perdón, me quedé dormida.- Se acercó a la mesa y tomó asiento.- Buenos días, Otosan.- Giró su rostro con una sonrisa hacía su progenitor.
-Dobló su periódico y revolvió el pelo de su hija.- Buenos días, Saku-chan.- Imitó el gesto de la más pequeña (Sonrisa) y comenzó a comer, siendo imitada por la oji-jade.
...
Las horas pasaron, y la familia Haruno logró llegar a la Aldea de la Arena antes de que el Sol se ocultara. Durante el trayecto a la casa de su tía, los pequeños ojos de Sakura se iluminaban al ver cada esquina de la Nación, a pesar de que se encontraba cansada.
-Gira sobre sus talones sin detener su caminata.- Waa, todo es de arena...- Susurró con sorpresa, logrando que su familia suelte pequeñas risas.
-Voltea a ver a su hija.- Si terminamos antes de que anochezca, podemos ir al parque.- Avisó esbozando una sonrisa y cerrando los ojos.
-La mirada de la menor de los Haruno se iluminó al escuchar las palabras de su madre, y dio pequeños saltitos en su lugar.- ¡Yey, yey!
El ruido de las calles de Sunagakure, el olor de la comida de algunos puestos y la infraestructura tan peculiar del lugar cautivaba a la pequeña familia, la cual compró unos aperitivos antes de llegar con su familiar (tía).
Así, después de unos 15-25 minutos, llegaron a su destino; Una pequeña, pero amplia casa de un nivel, su fachada de arena con unos pequeños cactus a su alrededor y una cerca baja que limitaba el terreno.
-Toca el timbre una vez, esperando a que salga la propietaria.- ¡Hermana! ¡¿Cómo has estado?!- Saludó con una abrazo la matriarca de los Haruno a la ciudada de la Arena una vez que está salió a recibirlos.
-Sus párpados se abren con sorpresa y unas pocas lágrimas se asoman.- ¡Ay, que bonito es volver a verlos!- Correspondió al gesto (abrazo) con una mueca de felicidad (sonrisa). Dirige su mirada a la pelirosa.- ¡Mi Sakura-chan!- Camina hasta la mencionada, agachandose a su altura y cubriendo su cuerpecito con sus brazos.- ¡Te extrañé demasiado!- Lágrimas bajaron de sus ojos al cerrarlos estilo anime.
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Arena de Cerezos |GaaSaku|
FanfikceAún recuerdo ese verano en el que te conocí Desde pequeño era consciente de las miradas de desprecio en mi, sabía que mi vida estaría condenada a estar solo y vivir en la oscuridad que me rodea, entonces tus bellos ojos esmeraldas se posaron en mí...