16. Pájaros en la cabeza
Diciembre 2017
—¿Te gusta ese humano? –había dicho Alexei, acallando todos los pensamientos de Casey y dejándola completamente perdida. Su corazón se había acelerado en un instante, sus ojos se habían abierto con espanto y sus labios yacían despegados e incrédulos.
Esperó que él dijera algo más, pero Alexei mantenía su mirada firme en ella, sin intenciones de cambiar su pregunta. Así sin más el ambiente calmo se esfumó y el enojo se arrugó en el estómago de la Capricornio y convirtió su expresión en una fiera.
—¿Dices Leandro? –escupió ella, su tono cortante—. ¿Dices el que tú y Ashton asustaron? ¿Al cuál de bien imbéciles revelaron mi secreto?
Ah, finalmente ahí estaban los insultos. El ceño de Alexei se frunció.
—Ashton te pidió una disculpa, tengo entendido –dijo y ella resopló, sacudiendo la cabeza comenzó a ponerse de pie—. Que sepas que yo no voy a pedirte disculpas.
Casey lo miró con mala cara, él aún seguía sentado en el suelo y por una vez ella tenía la ventaja de la altura. Pensó que simplemente no le respondería y se marcharía. Pero ella era toda una cajita de sorpresas y Alexei había abierto la caja de pandora con su primera pregunta.
—Quizás sí me gusta –con esa simple frase y una mirada amenazante se dio la vuelta y comenzó a caminar de regreso. Él permaneció sentado, como congelado, por un instante.
Luego, con una velocidad que no supo de donde sacó se levantó y alcanzó a Casey con grandes zancadas, sosteniendo su brazo y haciéndola voltearse.
—¿Por qué? –interrogó con tono duro—. ¿Por qué te gusta?
Casey dio un tirón a su brazo, pero no fue capaz de soltarse de su agarre.
—Porque con él soy yo –respondió. Ya no era un quizás, era un sí fuerte y claro—. ¡Suéltame, Lyov!
—Casey, conmigo también eres tú –dijo él, ignorando su última petición. Ella soltó una risa falta de humor y luego le dedicó una mirada que pretendía borrar su existencia del universo.
—No, contigo soy un Signo, con todos aquí soy un Signo –escupió con prisas, sin pensarlo, solo queriendo soltarse y alejarse, removiéndose—. Me gusta porque con él puedo ser normal.
—Te gusta porque es un humano.
Alexei la soltó y ella se apartó de él dos pasos, frunciendo el ceño.
—¿Qué?
—Que él te gusta porque es humano.
—No seas imbécil, Alexei, Leandro no me gusta solo porque sea humano.
La mandíbula del Escorpio se apretó.
—¿Entonces por qué más?
Ella abrió la boca para responder y luego arrugó los labios.
—No es tu maldito problema, Lyov –se apresuró ella con un tono enojado, lanzándole una mirada furiosa—. No es tu problema. ¿Qué mierda te pasa? ¿Qué quieres? –escupió con prisas, sus cejas fruncidas, sus labios en una mueca de desagrado, sus pecas ocultas por la oscuridad de la noche, pero sus ojos brillando con ira.
—¿Qué que quiero? –dijo él, mirándola como si no estuviera seguro de que ella pudiera aguantar la respuesta. Ella no se movió, sus ojos fijos en los orbes azules que la escrutaban de arriba abajo, paseándose por sus mejillas y abarcando todo su diminuto cuerpo—. Quiero besarte.
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Hijos de Estrellas
FantasíaCuando los enemigos del Zodiaco finalmente encuentren una forma de irrumpir la vida de los Signos de forma estrepitosa, serán los trece adolescentes del año del Dragón, el año de los Guardianes, los destinados a entregar sus vidas por la Comunidad...