El Poder de las Piedras Preciosas (Dramione)

Uno: Discúlpame

UNO

Discúlpame

Harry había roto la Varita de Sauco, Hermione y Ron lo miraban con extrañeza, ¿por qué lo había hecho?, la pregunta en la cabeza de ella de desvaneció en pocos segundos, entendía la nobleza del acto de su querido amigo. Sin embargo Ron aún no, era natural que eso pasara, de hecho la mayoría de las veces le costaba un tiempo llegar al trasfondo de las situaciones, pero tal vez él quería ser así, no tomar en cuenta mucho las cosas como un modo de bloqueo a sus problemas o a dolores de cabeza provocados por preocupaciones que no valen la pena. Aun rondaba en su cabeza la imagen que proyectaba el hórrocrux en el bosque, sin embargo escondía esas inseguridades y penas, tal vez era demasiado inteligente, pero prefería parecer el idiota.

Los tres recorrieron el castillo nuevamente y en sus ojos quedaba grabada la destrucción de aquel lugar que los había acogido durante seis años, hasta que por fin llegaron al gran salón. Aún se estaba tratando las heridas de algunos, y esperando por los medimagos, mientras que los cuerpos de los caídos, ya habían empezado a ser retirados. En los rostros de todos se reflejaba la pena de lo que había sucedido y que apenas una hora había terminado.

- Hermione - dijo Ron acercándose al oído izquierdo de la chica- quiero hablar contigo

- Si… - dijo dudosa la castaña mientras veía a Harry avanzar hacia Ginny- claro, vamos

Empezaron a caminar hacia las cercanías del árbol boxeador, ambos iban incómodos, por diferentes situaciones en su mente. Por una parte Ron sentía que los nervios comían su cuerpo, por fin tomaría responsabilidad no solo del beso que se habían dado, sino de sus sentimientos por ella. Por otra parte, Hermione sentía que moriría de un infarto, imaginaba qué cosas pasarían por la mente de su amigo.

- Creo que ya estamos lo suficiente a solas - dijo Ron quedando frente a Hermione- tenía que ser privado lo que quiero decirte

- Mhm - la cara de la chica estaba pálida como nunca, el rubor natural de su cara se había borrado completamente - puedes hablar Ronald

- ¿Ronald? - dijo el con una sonrisa en la boca - estas muy rígida, deja de llamarme "Ronald"… suenas como mi madre- haciendo un gesto de repulsión con la boca

- Creo que solo lo dije -

- Si…, pero bueno creo que ya debo decirlo, Hermione… yo… quería hablar acerca de… de lo que pasó, em… el... beso que nos dimos

- Si… yo quería pedirte disculpas por eso, no quería que fuera tan precipitado, solo lo hice, perdón

- No, no, no, no tienes que disculparte por nada, de hecho… me gustó, no había sido capaz en todo este tiempo de hacerlo yo - dijo esto último sonriendo

Por supuesto había sido lo que Hermione había esperado, creyó que en el momento del beso viviría algo mágico y único, desde segundo año había llegado a la conclusión de que él le gustaba, pero no entendía cómo era que Ron ignoraba sus sentimientos y las situaciones un tanto incómodas. Es así es como en cuarto aceptó a Viktor, creía que la posibilidad de demostrarle sus sentimientos a Ron era nula y el chico de Durmstrang era muy guapo. Por varios días en ese año pensó que tal vez había cambiado sus sentimientos, tal vez se había aburrido de esperar. Sin embargo allí llegaba Ron y sus celos que le hacían pensar que ella le importaba más que como amiga. Y entonces cuando pensaba que iba avanzando, Ron se retraía... Volviendo a cero. Pasaron los últimos dos años y las sensaciones que le daban por la cercanía del chico ya no estaban, definitivamente habían desaparecido luego del affaire que Ron tuvo con Lavender.

Ahora su paciencia y cariño le decía a su cerebro que debía sonreír para Ron, aceptar sus sentimientos aun sabiendo que su corazón, mente y cuerpo ya no gritaban por él.