Único

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—¿Estás segura de que es aquí? — preguntó Dahyun un tanto nerviosa, no es amante de las fiestas.

—Que sí, se nota a la legua, para de poner excusas y entremos.

Chaeyoung estuvo casi toda la semana tratando de convencer a su amiga, para que la acompañara a una fiesta, que se realizaba en la casa de un chico de la universidad, su principal objetivo era encontrarse con la chica que le gusta, pero no quería ir sola, por lo que arrastró a Dahyun. Además, también decía que la última necesitaba salir un poco de su habitación y divertirse más.

Ambas entraron, las recibió un chico que se encontraba en la entrada, no lo conocían por lo que seguro era de otra carrera. El ambiente era el básico para una fiesta de ese tipo, todo el mundo bailando y tomando, emborráchandose hasta olvidarse de su propio nombre.

—¿Cómo me dijiste que se llama la que te gusta?

—Mina, pero aún no la veo.

Era entendible, el tumulto de gente era inmenso, por lo que quizás tarde un rato en encontrarla, Dahyun tampoco la conocía por lo que no podía ser de ayuda para buscarla. Igualmente, le alegraba que no la hubiera visto aún, porque no quería que la abandone debido a que no conoce a nadie más, solo a Chaeyoung.

Básicamente la obligó, ella dice que la convenció, pero amenazarla a que nunca más sería su amiga si no iba a esa fiesta, no suena muy convincente, entendía su punto de vista aún así, quería que le hiciera apoyo moral, por lo que no le quedó de otra.

Los minutos pasaban, ya habían dado como 40 vueltas y no había ni rastros de la chica a la que estaban buscando, cuestión que se hartaron y se fueron hasta la barra por una bebida.

—Dios, ¿Dónde estará esta mocosa?

—Pensé que era más grande que tú, ¿No era que siempre sale?

—Lo es, pero me hizo enojar, sí, no sé dónde se habrá metido, ella misma me dijo que vendría.

—Bueno, ya va a aparecer.

Chaeyoung solo asintió mientras esperaba a que alguien le alcanzara una bebida, el anfitrión un divino, proveyendo alcohol gratis, y no solo eso, sino que también contrató un barman.

—Demonios, cuánto van a tardar en darme un maldito trago.

—Te veo alterada, si quieren les compartimos. — escucharon una voz masculina.

Ambas voltearon llevándose una sorpresa.

—¡Chan!

Gritaron las dos saltando encima de este último, que las recibió con un fuerte abrazo, mientras sus amigos miraban.

—¿Qué haces aquí? No sabíamos que vendrías.

—Bueno, me invitaron a último minuto, tengo un amigo en común con el dueño de la casa, así que aquí estoy.

Chan es un viejo amigo de ambas que conocen desde la escuela, siempre se llevaron muy bien, compartieron tantas cosas hasta el punto de ser inseparables, aunque cuando empezaron la facultad tuvieron que separarse, tomando caminos diferentes, el chico decidió a ir a otra universidad, perdiendo así un poco el contacto, aunque no la intensidad, lo único que cambió es que se veían muy poco.

—Qué bueno, me alegro de verte.

—Lo mismo digo, ¿Tenés cerveza? — típico la falta de tacto de Chae.

—Claro, mi amigo logró sacar unas cuantas botellas de la bodega para no tener que hacer fila, vengan con nosotros.

Chan, con el resto de sus amigos las guiaron hasta el patio, dónde querían ir a tomar porque estaba más tranquilo, y poder conversar un rato.

Who are you? || Saida (OS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora