Ana bajó hasta la planta baja, dejando a Naira, un poco más tranquila en su cuarto. Tenía que hablar con Mimi, era evidente, necesitaban tener una charla con cada una de sus hijas y tomar más de una decisión.
- Sofi cariño sube a tu cuarto -le pidió al ver que la chica seguía en la cocina.
Ana evitó hacer ningún comentario a su hija sobre lo que le acababa de contar Naira, y dejó a esta marcharse para poder hablar a solas con Mimi.
- ¿Podemos hablar? -le pidió Ana a la rubia cuando su hija había ya desaparecido de la estancia.
- Claro -respondió Mimi dejando su taza en la encimera y acercándose a Ana- Tenemos que hablar.
- Sofía ha suspendido ocho asignaturas -le contó sin dar ningún tipo de rodeo- y la otra le ayudó a ocultárnoslo -añadió.
Mimi se quedó boquiabierta, de todo lo que esperaba escuchar eso era lo último, de hecho ni se había planteado que algo así hubiese podido ocurrir. De nada había servido la taza de te, porque la rubia volvía a estar de los nervios de nuevo.
- ¡Es que las mato, joder! -gritó Mimi casi fuera de si- Es que no lo entiendo Ana, no lo entiendo, ¿qué hemos hecho para que no nos digan nada? -continuó enfadada.
La sensación que tenía la granadina en esos momentos era horrible, estaba enfadada pero también dolida y decepcionada, sabía que tenía su parte de culpa en todo aquello y le costaba lidiar con ello.
Por el contrario Ana se mantenía bastante más serena, y aunque ella solía perder los estribos mucho más fácilmente que Mimi, esta vez tenían los papeles cambiados.
- Por favor Mimi, vamos a hablar -le recordó- Poniéndote así no ayudas y mucho menos llamando imbécil a tu hija -le echó en cara, quizás en un momento no demasiado oportuno.
- Mira Ana, suerte que he ido yo y no tu, porque tu hubieses reaccionado mucho peor y lo sabes -le replicó con algo de razón.
- Anda ya Mimi -respondió esta en su defensa y algo más alterada que unos segundos atrás- ¿Cuándo he insultado yo a mis hijos? -la retó- Por favor, haz el puto favor de calmarte -le pidió de una forma nada calmada.
- Que no me da la gana -replicó Mimi que más que enfadada con la morena lo estaba con todo el universo- Que no entiendo porque me tiene que pasar todo esto, ¿por qué mis hijas no confían en mí? ¿Qué es lo que he hecho tan mal? ¡Joder! -terminó por pegar un grito que hizo retumbar la casa.
Mimi se derrumbó por completo y rompió a llorar desconsoladamente, Ana, que no sabía ni de dónde estaba sacando la paciencia para soportar todo aquello, no pudo evitar acercarse a ella para consolarla.
Aunque con un poco de miedo, pues no sabía cómo se iba a tomar la rubia ese gesto y menos en un momento donde estaba tan susceptible, rodeó su cuerpo con sus brazos y apoyó la cabeza de la rubia en su hombro mientras esta lloraba desconsoladamente.
- Joder, qué gritos -dijo Sofía algo asustada al poder escuchar desde su habitación la discusión de sus madres.
- Pues prepárate -le advirtió su hermana- porqué luego estos gritos serán para nosotras.
- Me siento mal, tía -admitió la rubia.
- Pues no hay para menos Sofi -respondió su melliza, ¿cómo no se iba a sentir mal con la que se había liado por su culpa- la madre que nos parió.
- Se están peleando por nuestra puta culpa, joder -se quejó Sofía.
- Lo sé Sofi, lo sé -respondió la morena, cada vez con menos paciencia a causa de los innecesarios comentarios de su hermana.
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Nueve y medio | WARMI
FanfictionUn matrimonio, más de 20 años de relación y siete hijos y medio. Ana y Mimi tienen la vida que siempre habían soñado, formar una familia y el trabajo de sus sueños, pero quizás conformarse con solo eso fue un error.