Capítulo 12: Jugada maestra

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Froto mi rostro con brusquedad un par de veces antes de convencerme de que tengo que ir, tomo mi chaqueta y me dirijo a mi moto. Pero justo se me atraviesa Adolfo el cual me mira con fijeza antes de sonreír. Frunzo el ceño y trato de pasar a su lado, pero él vuelve a entrometerse en mi camino y me cruzo de brazos.

—¿Necesitas algo, imbécil? —cuestiono y suspira.

—La señora Antonella fue exiliada, espero que tú no sigas ese mismo camino.

—¿Te preocupas por mí? Que lindo —respondo con fastidio.

—Claro que no, pero ten en cuenta que, si tú fallas no te exiliarían, te matarían y de una manera dolorosa —sigue y ruedo los ojos.

—Sueñas con eso, ¿no?

—Todos los días.

—Deberías buscarte una novia o un perro, terminaras con camisa de fuerza y repitiendo mi nombre el resto de tus días, si no te saco los ojos antes —suelto y él ríe.

—El tiempo siempre ha sido mi mejor amigo.

—No lo creo, te ves decrepito —digo pasando a su lado.

—¿Sucede algo? —Aparece Adriano y el viejo lo señala con una sonrisa en el rostro.

—Que raro, siempre que está Caravaggio, está Brambilla —dice y bufo.

—¿Qué insinúas? —Adriano lo mira mal en lo que yo subo a mi moto.

—Nada, pero quiero hablar contigo de algo importante —Señala a Adriano y chisto.

—Que tengan buena platica —suelto antes de encender mi moto y salir de ahí.

No tardo en llegar a mi destino y bajo de mi moto en busca de la casa con la dirección indicada, suspiro al verla, me acerco con discreción y no me tomo la molestia de tocar. Pero soy sigilosa hasta que me topo con un par de maletas y me cruzo de brazos cuando percibo su presencia atrás.

—¿Por qué no se han ido? —cuestiono girándome para poder ver a Dante.

—Tenia que esperar mi liquidación —respondo pasando a mi lado y frunzo el ceño.

—¿Cuándo se irán?

—Dentro de un momento —responde cerrando las cortinas de la única ventana en la habitación.

—¿A dónde? —inquiero y él se gira con las cejas enarcadas.

—¿Vas a visitarnos? —pregunta con burla y ruedo los ojos.

—Por supuesto que sí, imbécil —suelto y él sonríe.

—Deberías relajarte.

— ¡Claro, como a ti no es al que te llenaran el culo de balas! —suelto con fastidio y su expresión se vuelve seria.

—He huido desde que nací —dice y pasando a mi lado me deja en medio de la sala con el ceño fruncido.

Escucho que llega alguien y mis sentidos se ponen alerta, salgo y veo que solo es el niño que me mira con horror antes de aferrarse a la pierna del sujeto, Dante ríe y pide al niño que entre en lo que yo me cruzo de brazos.

—¿Qué?

—Nada, solo se me hace raro tu ayuda —dice y asiento.

—A mí también, pero es lo que hay.

—¿Por qué lo haces? —cuestiona acercándose.

—Ya te lo dije, por el niño.

—¿Segura? —pregunta acercándose al punto de que nuestras narices casi rozan y ruedo los ojos—¿solo eso?

SICARIA [Codicia #1]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora