Cenizas grises

La calma antes de la tormenta

~Capítulo 1~ La calma antes de la tormenta

Era otro sábado de primavera normal en Manhattan, la gente hacia su rutina diaria y todo seguia su curso. A la mañana siguiente para muchos todo seguiria igual, pero no para Tessa y Nerelia. A ellas... a ellas se les avecinaba una tormenta.

*Nerelia*

Me levanté con una sensación de calma poco común, como la de estar a una semana antes de los exámenes y saber que la tormenta llegará pronto. Era esa sensación que tienes cuando sabes que va a pasar algo pero no sabes el que.

Bajé a la cocina a desayunar, ya que desde mi habitación ya se olian las tortitas que Tessa, mi hermana gemela estaba haciendo. Le encantaba cocinar, sobre todo cosas dulces y se le daba muy bien así como muchas más cosas. Era la hermana mayor por minutos, pero parecian años, pues era buena en todo lo que hacia y le tenia mucho respeto. De hecho lo eramos las dos, pero yo era demasiado vaga y normalmente ella se llevaba las mejores calificaciones.

Para mi es más que mi hermana, es mi mejor amiga, mi familia, pues no teniamos otra. Nuestros padres murieron antes de que les conocieramos siquiera. Nuestra madre murió al darnos a luz y nuestro padre estaba enfermo incluso antes de que nacieramos. Por lo visto no nos quedaba mucha familia y nos adoptó una de las hermanas de nuestro padre, Fenna. Vivimos en Manhattan desde entonces, la tia Fenna viaja mucho por el trabajo así que casi es como si vivieramos solas y Tessa tiende a hacer siempre de papel de madre.

-Tess- mi voz aún suena ronca por levantarme- me han enviado un mensaje Sylvia y Peter, dicen que si queremos ir a tomar un café y dar una vuelta por Central Park

-Buenos dias, Neri-deja el plato de tortitas en la mesa y me sonrie con picardia- A mi también me llegó ya que me levanté antes

No puedo evitar el sonreirle de vuelta- ¿Entonces explicame que haces haciendo tortitas si desayunaremos fuera?- añado mi ceja inclinada y una mano en mi cadera

- Por mucho que me guste ir de compras, la comida siempre prefiero hacerla yo- me da la espalda para guardar las herramientas de cocina y limpiar donde ensució- les he dicho que desayunen ellos, nosotras iremos luego a dar una vuelta- Ahora es ella la que sonrie astutamente

- Pronto saldrán juntos, harian una buena pareja- le devuelvo la sonrisa y me dirijo a la mesa para comer la comida.

Después de hablar sobre maneras para conseguir que uno de ellos se declaré, recogimos la mesa juntas y nos fuimos a cambiarnos. El cabello blanco y largo de Tessa hacia que pudiera combinar un montón de conjuntos, siempre he pensado que el blanco combina con todo. *Me gustaria haber sido yo la que naciera con el pelo blanco y los ojos azules claro* esos pensamientos siempre me rondaban, pues aún siendo gemelas mi cabello era negro y mis ojos rojos. ¿Me he planteado si no somos gemelas? Realmente solo hay que vernos juntas para comprobar que sí los somos.

*Tessa*

Mientras veia desaparecer el largo cabello negro de Nerelia al entrar en su habitación me preguntaba porque sentia que se me escapaba algo. No era una sensación agradable, sentia como si en cualquier momento la casa se nos callera encima y no pudiera evitarlo.

Supongo que era un efecto colateral de ser muy protectora con mi hermana. Pero a la vez sabia que no era la única que lo estaba sintiendo y ninguna de las dos queria darle importancia. *Lo hablaré con ella después del paseo* por mucho que solo fuera un instinto, este siempre nos advertia de peligros y no había que subestimarlo.

Salimos de casa con un vestido las dos, el mio blanco y el suyo negro. El negro no quedaba bien en mi, siempre lo he pensado, supongo que inconscientemente, empecé a vestir colores claros. Pero a Nerelia siempre le han quedado bien.