186 22 1
                                    



Soobin había tenido un día cansado.

Entre los exámenes, las exposiciones y los proyectos, a penas le alcanzaba el tiempo, sumándole que su compañero de trabajo era demasiado irresponsable, y por ende tenía que hacer más cosas de las que pensaba.

 Suspiró, ahora era casi de noche y estaba regresando de la universidad, mientras caminaba por la salida, sentía que a penas se podía poner de pie. Así que acomodando su mochila en sus hombros y con un poco de pereza, casi se arrastró al apartamento que compartía con su novio. 

Sabía que Yeonjun también había tenido un día pesado por la conversación por mensajes que estaban teniendo en estos momentos, los últimos semestres no eran tan bonitos. Pero su novio había hecho un gran esfuerzo, lo había notado, quedándose a estudiar hasta tarde, cancelando planes con todo el mundo para estudiar, entre más cosas. Así que quiso en llevarle algo, como una recompensa, e incluso si no quería caminar de más, pensó en comprarle unos dulces a su mayor, sabía lo mucho que le gustaban y quería que no tuviera una noche tan difícil.

Después de buscar en internet pastelerías cercanas, sonrió al ver una muy bonita que quedaba cerca. Era pequeña y tenía detalles rosados, además de que el menú parecía muy interesante. "Linda y sin mucha gente" pensó Soobin, "completamente perfecto".

Al entrar a la pastelería sonrió, el ambiente se sentía muy fresco, inspiró el aire acondicionado caliente del local y saludó con la cabeza al personal que lo había recibido. Se encaminó directamente a la zona de pedidos, aún no había decidido que llevarle a Junnie, pero cuando llegó, un letrero captó su atención.

"¡Solo hoy! Pastelitos con textos personalizados. 2 a únicamente 5000₩ !!!"

Sonrió para si mismo cuando vio el cartel. Sí, tal vez lo que estaba a punto de hacer era un poco cursi, pero a casi un año de su relación con el peliazul, ya le daba igual lo que su subconsciente pensara.

Se acercó a la caja y recordando el nombre de la promoción, la pidió amablemente. Miró su teléfono mientras esperaba, le había dicho a Yeonjun que tenía que dejar a un amigo en casa, y él le respondió que tenía que comprar algo de todas maneras, y que no se preocupara. Entonces, como un tonto enamorado, subió la conversación, sonrojándose un poco al ver los muchos corazones y stickers de gatitos por toda la pantalla.

"¡El pedido sesenta y cinco está listo! ¡pedido sesenta y cinco!" gritó una señora vestida de blanco, lo suficientemente fuerte como para que Choi saliera de su pequeño mundo, parándose y recibiendo las bolsas muy delicadamente. Eran color pastel, y tenían una etiqueta personalizada también, la misión había sido un éxito.

Estaba a punto de salir cuando la misma señora le gritó, mostrándole dos bebidas color rosa claro en las manos.

"La casa invita, muchacho. Te ves muy cansado, esto te dará energías... a ti y a tu novia"

Soobin no supo que responder, y se ahorró aclarar el malentendido, simplemente le sonrió y salió del local enviándole una foto a su bebé, diciéndole que pronto estaría ahí para darle millones de besitos. Suspiró con la simple escena en su mente, faltaban solo cinco minutos de caminata para que pudiera olvidarse por lo menos unos minutos de todos sus problemas. Con una sonrisa en el rostro, caminó más rápido.


Poco después, había llegado. Saludó a los vigilantes del edificio y corrió hacia el ascensor, con ya casi nada de energía en el cuerpo, presionó el número tres y se apoyó contra la pared de metal. 

ángel - yeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora