Las frías aguas golpearon su costado, dejándolos sin respiración. Ligia liberó sus piernas para no dañarse en la transformación, con el golpe se había soltado de Ubbe y debía encontrarlo o el peso de sus armas lo arrastraría al fondo. Unas manos ayudaron a liberar sus botas, pudiendo así transformarse, movió rápidamente sus manos indicándoles que buscaran a Ubbe y lo subieran a la superficie. No tardó en verlo subir en brazos de una de sus guerreras, pudiendo así, emprender el viaje a casa, a su reino, pero antes debían buscar una barca para Ubbe o no sobreviviría en las gélidas aguas.
Intentando ocultarse de los soldados que pudieran buscarlos desde los acantilados, arrastraron a Ubbe hasta una pequeña superficie rocosa que sobresalía ligeramente del agua, a bastante distancia de aquellos acantilados, para que descansase ahí mientras buscaban una pequeña embarcación. No tardaron mucho, pues a escasos minutos había una pequeña playa con algunas barcas de pesadores, tomaron la soga que ataba la barca y la arrastraron hasta aquella pequeña y rocosa isla, pudiendo así subirse Ubbe, evitando la inminente hipotermia causada por las heladas aguas.
El sol se estaba ocultando ya, cuando ante ellos empezó a alzarse una pequeña ciudad tras una playa de arenas grises con un pequeño puerto con algunas embarcaciones, casi todas de comerciantes parecía. Ligia tomó la capa que le acercó una de las guerreras para cubrirse el cuerpo ahora humano de nuevo. Las personas que allí caminaban no parecían sorprenderse de que salieran personas del agua sin ninguna explicación, simplemente echaban un ligero vistazo sin darle mucha importancia, Ubbe estaba algo confuso, pero pronto entendió dónde habían llegado. No fue hasta que alguien reconoció el rostro de Ligia, que todas las personas allí presenten se acercaron rodeando a las recién llegadas y al hombre que con ellas viajaba. Por orden de Ligia, prepararon un baño de agua caliente para Ubbe, debía recuperar la temperatura rápido. También mandó preparar una cama para él, todo ello mientras corría a su habitación a vestirse, sabía que Lorelei estaba ahí, debía verla antes que fuera tarde.
Caminó con prisa por los pasillos mientras terminaba de abotonarse el cierre del vestido, no sabía dónde podrían estar, pero supuso que quizá la habrían llevado a los aposentos de la armera mayor, para darle más privacidad. Al girar la esquina confirmó sus sospechas, Ondina estaba confusa en la puerta, caminando de un lado para otro, parecía haber llegado poco antes que ella, y su nerviosismo era tal que no se percató de la presencia de su amiga hasta que esta rodeó su cuerpo con sus brazos intentando trasmitirle tranquilidad, o al menos liberarla de ese estado de ansiedad en la que se encontraba.
-¿Qué ocurre? – Ondina susurró casi sin voz por la tensión en su garganta.
-¿No te han dicho nada? – Negó ante la pregunta de Ligia.
-Solo me mandaron llamar cuando llegué, me puse lo primero que encontré y Marinha me dijo que permaneciera aquí... - La puerta se abrió, Marinha, la 1ª armera Mayor del reino, apareció tras ella, años de experiencia le habían dado la capacidad de mostrar una expresión neutral, pero Ligia sabía lo que venía, lo había visto un par de veces, y sabía que el dolor que causaba en aquella mujer era el mayor de todos, pues ella había preparado a casi todas las armeras de ese reino, Lorelei incluida, casi eran sus hijas.
-Pasa, debo explicarle... - Ligia asintió ante las palabras de Marinha, mientras miraba a Ondina con dolor, pues no iba a ser fácil para ella. Cerró la puerta tras ella escuchando detrás la voz de Marinha, cerró los ojos a la vez que suspiraba y enfocó su atención al grupo de armeras que rodeaban la cama de Marinha, ahora ocupada por el débil cuerpo de Lorelei, la cual solo seguía viva gracias a sus poderes y a los de las armeras que compartían los suyos propios.
Ligia se acercó a la cama, arrodillándose para quedar a su altura, intentaba no llorar, pero al ver el rostro apagado de su amiga hundió su cara en el colchón mientras ahogaba un sollozo. El tacto de una mano sobre su cabello le hizo alzar el rostro, viendo un intento de sonrisa medio apagada, intentó decir algo, pero era como si las lágrimas se hubieran llevado su voz con ellas.
ESTÁS LEYENDO
The soul of the sea
Fanfic¿Y si los vikingos no hubieran estado solos en sus drakkars? Las aguas son profundas y ocultan secretos. Historia basada en la serie Vikings. Esta historia contiene personajes de la serie Vikings y personajes de mi propia invención. Aviso: Puede co...