Un Error Puede Cambiar Muchas Vidas

La Distancia Que Nos separa

— Voy a bañarme... — Rubén aparta la mirada tan rápido como puede y se levanta, se le puede ver algo aturdida, como si estuviera perdida.

— ¿No vas a desayunar?— pregunta Weiss preocupada, no sabe con certeza que decir o que hacer; tratar con Rubén es totalmente diferente a tratar con la animada y alegre Ruby.

— Estaré bien princesa; no tengo 5 años — dice con su usual sonrisa despreocupada pero hay algo diferente en esta, le cuesta formarla.

— Si... Claro... — la oji-azul mira en varias direcciones antes de irse de la habitación, su habitación, y caminar hacia la sala. Sabe que los alter que habitan un cuerpo son normalmente un mecanismo de defensa y siendo Rubén el único que posee Ruby no es extraño que esté en ese momento, su hermana, la persona que más quiere la acaba de dejar.

Mientras tanto en el baño la pelicorta se recuesta en la puerta mientras mira el techo, tiene el control completo del cuerpo como ha sucedido en varias ocasiones pero es diferente, no puede sentir a Ruby, siempre estaba en algún rincón, así no fuera consciente de lo que sucedía se sentía allí; tanto que a veces disociaban sin quererlo, pero esta vez no hay nada, no hay nadie.

Cuando sale de la ducha sacude su cabeza lanzando gotas de agua en todas direcciones, se acerca al espejo y pasa su mano por el para quitarle el vapor, nota como varias marcas rojas comienzan a formarse en su piel, se había bañado con agua demasiado caliente, de nuevo...

Se cambia y toma la capa roja entre sus manos, está desgastada en algunas partes, pero teniendo en cuenta el tiempo que llevan usándola se puede decir que está muy bien cuidada, la pasa por su espalda y cuando la abrocha nota el emblema de rosa.

— Summer Rose... — no alcanzó a conocerla pero en sus años de vida escuchó que era una gran mujer, no merecía terminar de esa forma... Y si todo hubiera sido diferente Ruby sería su propia persona y no compartiría su cuerpo y mente con un alter como ella.

— ¿Ya terminaste?— Weiss se asoma por la puerta y se encuentra con aquella chica que la mira de una forma extraña, como si la viera pero su mente estuviera demasiado ocupada como para ubicar quién es — Rubén... ¿Estás bien? —

La pelicorta no se da cuenta cuando su compañera se acerca a ella y le toca el hombro, se tensa ante el contacto como si una descarga la hubiera devuelto a la realidad, siente su corazón y respiración acelerarse pero solo sonríe con tranquilidad.

— Si, claro, ¿Quieres hacer algo o tienes reuniones de princesa a las que asistir?— pregunta divertida mientras toma a la chica de los hombros y la arrastra fuera del lugar — Supongo que tienes una vida muy atareada así que estaré en el jardín en caso de que me necesites— y así usa su semblanza para retirarse del lugar dejando a la heredera sin saber que decir.

La oji-plateada sale por la puerta hasta el exterior y coloca su mano en la pared para sostenerse, sabe que si quiere hacer una acción como mover un dedo lo va a lograr, pero entonces porque se siente alejada de la realidad, como si todo estuviera lejos de ella... 

...

— Blake Belladona... — La puerta del edificio se abre y por ella aparece un chico rubio de ojos azules, tiene un traje con la camisa abierta dejando ver un poco de su pecho, sus estaturas son claramente diferentes, él se hace a un lado dejándola pasar — Me habían avisado que vendría pero no creí que fuera el mismo día de su llegada —

— Diferencia de horarios... — explica la más baja insegura, supone que Weiss le ha comentado acerca de su situación pero quiere asegurarse primero.