Epílogo

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— ¿Cómo lo declaran?

— Culpable.

Jimin soltó un gran suspiro de alivio, miró al fiscal adjunto y Min YoonGi le estaba sonriendo, el fiscal siempre supo que iban a ganar el caso. Simplemente asintió a su dirección y Min hizo lo mismo, con eso se levantó de su lugar y salió de la corte. Sonriendo siente una mano en su hombro y ve a TaeHyung.

— Uno menos en las calles — Jimin apenas podía contener el alivio ante eso.

Le jodía tanto los casos como este, donde había tanto en juego y no había nada que pudiera hacer, aparte de juntar las pruebas. Simplemente debía agachar la cabeza y esperar el resultado.

Junto con Tae vuelven a la estación, donde Jimin aprovechó de escribirle a JungKook, la verdad es que nunca hubiera sabido quién era el culpable, si él nunca le hubiera dado la lista. Minutos después de enviarle el mensaje, no recibió respuesta y no podía culparlo, la última vez que se vieron quedó con una sensación rara, fue como si aquello fuera la reafirmación de que entre ambos nada podría ser fácil.

— Sargento, el capitán lo espera en su oficina — Niel dice al ver a Jimin entrar a la estación.

Despidiéndose de TaeHyung se dirige a la oficina, esperaba que la reunión fuera para reprenderlo, por la manera en la que lo desafío frente a todos. Aquello había sido una falta de respeto, pero fue necesario. Así que Jimin se estaba preparando para una discusión segura. O en los mejores casos, esperaba que lo felicitaran por la resolución del caso.

Cuando entra, ve a su capitán con una carpeta en la mano y le pide que cierre la puerta.

— ¿Pasa algo, capitán? — Junta sus manos detrás de su espalda y mira al hombre mayor con confusión.

— Necesito que mires estas fotos.

En su escritorio abre la carpeta y Jimin se detiene en seco. Eran fotos, muchas fotos, de JungKook y él comiendo juntos, bebiendo juntos y subiendo a su auto. Y aunque se viera de forma borrosa, había una foto antigua del auto donde se veían dos siluetas besándose. Estaba tan jodido.

Si el juez supiera que su fuente anónima no era otro que Jeon JungKook, era capaz de desestimar todo el caso y dejar libre al culpable, todo su esfuerzo se iría al carajo. Jimin pasó saliva por su garganta nervioso, preparado para dar la mejor explicación que podía inventar.

— ¿Sabes lo bueno que es esto? — Su capitán ríe.

... ¿Qué?

— Jeon JungKook tiene muchos contactos en los altos mandos, si te mantienes así con él, vas a escalar mucho más rápido — Su capitán se acerca al mini bar que tenía en su oficina y sirve dos tragos, dejando uno frente a Jimin. — Es bueno que estés en esta unidad, Park, todos nos veremos beneficiados si tenemos a Jeon cerca.

Jimin mira el trago frente suyo, junto con las fotos y mira a su capitán. En ese momento decidió que ya había tenido bastante.

Llevando sus manos a su cadera, saca su placa y su arma. En un golpe fuerte, las deja sobre el escritorio.

— Renuncio.

El hombre frente suyo se detiene y lo mira con sorpresa, cualquiera en el puesto de Jimin ya habría tomado y celebrado, pero él no era así. Había visto tantas cosas que no podía hacerlo.

— No puedo seguir aquí, en esta institución. Lo siento, capitán, pero no pienso trabajar para personas tan... Tan corruptas — Su voz mostró un deje de asco. — No quiero ser como ustedes, por más que me mantenga firme, siempre encontrarán la manera de querer contaminarme.

Girando sobre sus talones camina hacia la salida.

— Jimin...

Se detiene para escuchar.

— Aunque no lo creas, tú también eres como nosotros — Hubo una pausa. — Estar así con Jeon JungKook y no decirlo, no intentar denunciarlo... Solo eres un encubridor más de sus delitos.

❆❆❆❆

En su casa mira la cerveza frente suyo y se ríe sin gracia. La vida para él parecía un jodido ciclo que se repetía una y otra vez. Tomando el teléfono marca el número de la persona que tanto había querido escuchar.

— ¿Qué sucede, sargento? ¿Me quiere avisar que me arrestará por algo? — La voz coqueta de JungKook se escuchó con claridad al otro lado.

Jimin esta vez ríe, sincera y verdaderamente.

— Dejé la policía.

Un silencio le respondió, y Jimin sabía que JungKook de todo lo que esperaba escuchar, sus palabras no eran una opción. Jimin se imaginó la expresión de sorpresa que debía tener.

— ¿Me preguntaba si podíamos salir a comer mañana? — Sigue con un tono coqueto, al darse cuenta que JungKook no iba a responder.

— Me encantaría, Jimin.

To the limit #2 →kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora