CAPITULO 2

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Intenté mantener la calma en ese momento, mire a mi alrededor fijándome en las miradas de los alumnos que se encontraban presentes en el lugar, muchos intentaban aguantarse la risa, otros comenzaron a murmurar entre sus grupos.

Mi vista acabo en los ojos de mis amigas, Agustina y Giulia se acercaron rápidamente y cada una se colocó a los costados. Por mi parte, me abracé y mire el suelo un poco avergonzada de lo sucedido.

— Ni se les ocurra volver a tocar a Isabela, idiotas.—Dijo Giulia abrazándome.

— Que ella tiene más cerebro que ustedes tres juntos, si no se detienen. Le diré todo al director, y ya saben quién es la alumna favorita. —Habló esta vez mi amiga de cabello corto.

Una sonrisa tímida apareció en mis labios, al levantar la mirada, los chicos se encontraban en silencio y con una mirada fulminante hacia mí. Por dentro estaba saltando de alegría por mis amigas, al fin se habian dignado a enfrentarse a los chicos.

—Vamos Isa, tenemos que arreglarte antes de la siguiente clase. —mencionó Agustina pasando su brazo al rededor de mis hombros.

— Sí... Sí claro... —le respondí volviendo a bajar la mirada y dejándome guiar por mi amiga hasta los baños.

El viaje hasta los baños fue corto, mis amigas habían dejado a los chicos con la palabra en la boca, a si que todo transcurrió normal luego de eso. Ninguna de nosotras dijo algo al respecto...

Al llegar al baño, ambas se colocaron frente al espejo junto conmigo, Giulia recogió un trozo de confort y comenzó a limpiarme.

— ¿En qué estabas pensando? —preguntó Agustina mirándome por el reflejo.

— Solo estaba defendiendo a Giulia.

— Gracias por eso, pero mira lo que conseguiste, Isabela. Entiende que ellos no valen la pena, simplemente son unos inmaduros idiotas. —confesó mi amiga rubia.

— Solo quiero dejar en claro algo. - Habló Agustina. —Si se meten con una de nosotras...

Giulia y yo miramos a Agustina por el reflejo del espejo, mostramos una sonrisa y continuamos con su comentario.

— Se meten con todas. —dijimos al unísono.

Luego de tener esa charla motivadora y haberme arreglado un poco el vestuario al salir de los baños, me encontré con el director.

— Señoria Souza... Acompañeme. —dijo con seriedad.

(...)

Luego de llegar a al despacho  del director, me encuentro la sorpresa de que Julio... Estaba ahí también...
—Que haces  acá vos- le pregunto a julio
—¿acaso tengo que pedirte permiso? me respondió julio de vuelta—

Corazones rivales-isulio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora