Se trataba de la artista definitiva: Angie Yonaga, quien esbozó una sonrisa al observar a la maestra de Aikido. Instantáneamente, Tenko se crispó y se levantó, dándose libertad para adentrarse en la sala donde la morena había salido; ignorando sus palabras y dándole un pequeño empujón durante su trayecto.
Pero además de ella, y de Angie -quien había entrado y cerrado la puerta mientras Tenko inspeccionaba el cuarto-, no había ningún rastro de la maga. Quizá eso no dio resultado, aunque no desaprovecharía la oportunidad para obtener respuestas de su acompañante en la sala.
— ¡Tú! — Señaló con su dedo índice a la albina. —¿Dónde está Yumeno?
— Tranquilízate, Tenko. Deja que el aura de Dios en esta habitación te transmita la paz. — Cerró sus ojos a la par que juntaba ambas manos.
— No puedo simplemente calmarme con algo disparatado. Además, ¿por qué no abrías la puerta? Toqué innumerables veces y abriste hasta que quisiste.
— Oh~, eso. Angie sólo estaba teniendo una sesión espiritual con Dios.
Ahora prefería no haber preguntado.
— ¿Podrías centrarte y contestar a mi primera pregunta?
—Ah~, hablas sobre el paradero de Himiko, ¿verdad?
— Obviamente. ¿Para qué estaría aquí si no?
— Ya veo, ¿por qué no tomas asiento un rato? Dejemos que Dios nos guíe. — Angie estaba sentada en el lugar más limpio de su desastre de sala. Con su mano derecha la invita a su lado con su característica euforia.
La chica más alta duda. Bien podría ser una distracción; pero al observar la falta de opciones que tenía en ese momento aceptó quedarse, dado a que ella era la persona que había estado pasando más tiempo con la pequeña maga.
— De acuerdo, ¿qué es lo que te causa tanta preocupación? ¿Acaso Tenko desea hablar con Himiko sobre algo importante?
— No, es sólo que he estado intentado encontrarla, yo... no sé, tengo la sensación de que me está evitando.
— En ese caso, puedo decirte que ella estuvo aquí hace un rato. Me ayudó con algunas cosas para mis esculturas.
— ¿En serio? Entonces, ¿podrías decirme a dónde se fue? — el semblante de Tenko cambió por completo.
— Eso no lo sé, sólo Dios conoce la respuesta a una pregunta como esa.
— No tengo tiempo para tus sinsentidos, Angie. Ya mi paciencia está en su límite.
— Hmm, ese podría ser un problema.
— ¿Huh?
— A veces tu impaciencia puede ser un obstáculo para conectarte plenamente con los demás.
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Cuando el alma necesita llorar | Tenmiko
Fanfic"Ojalá que con tu magia pudieras verte a través de mis ojos, porque así... te darías cuenta de lo especial que eres para mí, Yumeno". Tenko ha estado preocupada por la maga definitiva. Ella puede ver algo, después de todo, esas emociones son reprimi...