La química entre ustedes (2/2)

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¿Sería malo comparar a tu "novio" con tu conejillo de indias?

Craig no tenía idea, pero luego de verlos interactuar juntos por un tiempo, aquella idea se alojo en su mente y no pudo sacarla de ahí. Porque a veces los chillidos de Stripe alteraban a Tweek hasta hacerlo chillar y cuando Tweek se alteraba por alguna de las enormes teorías que surgían de su cabeza, gritaba o hablaba fuerte hasta alterar a su mascota si esta se hallaba cerca.

También estaba el hecho de que a veces ambos sólo se observaban en silencio. Craig apreciaba la calma y paz que podía traer el silencio, así que era curioso ver como los otros dos podían tener una especie de conexión en aquel ambiente, analizándose y aún temiendo un poco en sus claras diferencias, pero dispuestos a explorarse. El roedor movía la nariz de aquí a allá, entre el pequeño carrito y el rubio quien estaba quieto observando con completa atención cada movimiento, pero intentando no temblar para no cortar ese momento.

Hacer que un cuy no te tema lleva tiempo, mucho tiempo. Incluso el mismo Craig había tardado en que su mascota le dejará acariciarlo con calma o intentará morderlo. Su "novio", tampoco parecía un caso especial, pero tenía que admitir que luego de unos meses sus esfuerzos habían hecho que el pequeño Stripe se sintiera curioso por el niño que le daba su espacio para acercarse. En este momento Tucker le había prestado su chamarra a Tweak para que con el olor familiar, calmará al animalito para jugar, por su parte este se movía de su dueño al otro,seguramente algo confundido por la mezcla de olores. Luego de un rato Stripe pareció cansado de haber estado correteando el carrito de juguete y luego explorar los olores de los niños, por lo que con un bostezo se acerco a su dueño y con sus pequeñas garritas se aferro al jean para escalar entre las piernas y acomodarse para descansar, luego de hacer sus pequeños ruidos y pedir caricias. Los cuys podían ser muy miedosos, pero cuando les caias bien eran como otras mascotas, pidiendo cariño y felices de tener a su dueño cerca.

-Toma

Tweek le devolvió su chamarra, pues el momento de los juegos parecía haber terminado, así que no tenía porque usarlo, a parte que le hacía calor usar mas ropa que su camisa.

-Creo que pronto dejará que lo acaricies por tu cuenta

Los ojos bicolor del niño rubio casi brillaron por eso y una sonrisa apareció en su rostro. Craig que acomodaba a su mascota en su chamarra como si se tratará de una camita, estaba contento por que Tweek fuera paciente.

-¿Enserio?

-Enserio

Para su suerte, esto no salió como con Clyde, que al tener un perro, quería la confianza del animalito naciera de jugar y llegaba a alterar a su mascota con demasiada atención o como con Token que iba bien, hasta que su mascota se altero y lo mordió con fuerza, lo que terminó alejando a su mejor amigo de tocar o jugar mucho con su mascota, a parte que no le gustaba los pelos que este dejaba.

Craig se levantó y queriendo seguir con el ambiente tranquilo, apago la luz y las estrellas fosforecente recientemente pegadas en su cuarto brillaron.

_Las pusiste

-Fue un buen regalo, gracias Tweek

Lo siguiente fue silencio donde ambos niños observaban el lugar a oscuras, sentados cerca de la cama, mientras acariciaban a Stripe, mientras este disfrutaba de los mimos. Y esto fue una conexión entre los tres, una tarde noche tranquila donde todos disfrutaron del silencio, la compañia y las estrellas que lo iluminaban todo.

Craig nunca había compartido tantas cosas que le gustarán tanto juntas. Ver red racer, jugar su video juego favorito, luego con Stripe y por ultimo la calma de las estrellas. El siguiente pensamiento que tuvo, no sería algo en que profundizará hasta mucho después; pero; la idea de que Tweek fuera su "novio", de repente, fue agradable.

historias fugaces - South ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora