Mis pies aceleraron, todas nuestras cosas quedaron dentro de la cabaña. Pero para nuestra suerte, aquel grito aterrador se oía cada vez más lejos. Ninguno de los dos dejaba de correr, nos estábamos alejando de todo, estábamos apartándonos del grupo y sobre todo del bosque.
Me detengo exhausta.
-Él, el dueño del bosque estuvo con nosotros- dijo Remington con la respiración entre cortada. Yo asentí.
-Pero, ¿qué es lo que quiere?- pregunté con mis manos temblorosas.
-Quiere volver a ser humano- dijo sosteniéndose de un árbol.
-¡Pero nosotros no lo podemos ayudar!- exclamé desesperada.
-¡Ya sé! ¡Pero es un White fantasma! ¡Nada le importa!
-Dime que hay alguna solución para todo esto- por primera vez, lo miré de buena manera, esperando a que me contestara alguna solución agradable. Él negó con su cabeza
-¿Cómo qué no?
-Hace dos años atrás empecé a buscar la cura para todo, pero ellos ya están convertidos en fantasma, ellos son mordidos y jamás vuelven- su rostro se veía triste.
-Son mordidos y jamás volverán- dije aún con mi respiración agitada –es horrible.
-Lo sé- bajó su mirada.
-Tu padre- dije acordándome de lo que él había comentado en la fogata.
-Sí, él aún está en casa pidiéndome ayuda.
-Debe ser muy duro- por primera vez estaba sintiendo pena por él.
-Tal vez- suspiró -¿por dónde era el camino?- preguntó mirando hacia todos lados.
-Por la derecha- dije señalando algo nerviosa.
Remington se adelantó y comenzó a caminar -¿Vamos a volver a la cabaña?- pregunté curiosa.
-Sí, tenemos que cumplir con nuestro castigo.
-Pero, el white.
-Cada vez que grite corremos, mientras no moleste tenemos que limpiar- yo asentí insegura.
-¿Un white puede hacer daño a demás de aturdirte con su grito?- pregunté inquieta.
Remington asintió.
-Sí, pero solo a las personas débiles.
-¿Débiles? ¿Qué querés decir con eso?- volví a preguntar curiosa.
-Persona débil, algo que tú y yo no somos- me miró serio. Parecía demasiado seguro de lo que acababa de decir.
-¿Y cómo sabes eso?- me sorprendí.
-Tú y yo pasamos por mucho ¿no lo crees?- asentí.
-Eso creo.
-Somos fuertes por dentro, un white no puede hacernos daño como a los demás, a los que vivieron muy poco- sus palabras me habían dejado atónita ¿qué tanto sabía él sobre mi vida?
-¿Y cómo sabes que soy fuerte?- me atreví a preguntar.
-Después de todo lo que te hice, jamás te dejaste rebajar. A demás, sé por lo que pasaban tú, tu mamáy tu padre.
-¿Cómo sabes todo eso?
-Hay algo que no sabes, pero mi mamá es la directora de nuestro colegio y ser su hijo tiene muchas ventajas.
-No entiendo- dije mirando hacia la tierra seca.
-¿Qué?
-No entiendo como logramos hablar todo este tiempo sin pelear- sonreí. Por un momento Remington comenzó a caerme bien.
-Yo tampoco- sonrió.
Ambos volvimos a la cabaña caminando lentamente sin decir palabra alguna. No quería mirar a Remington, me incomodaba que me esté viendo todo el tiempo mientras estamos en silencio, de seguro dirá algún comentario sobre mi cabello, y no uno de los buenos.
El crujido de las ramas romperse era lo único que se oía a nuestro alrededor. Ningún animal cantaba ni rugía eso se me hacía extraño.
Remington se detuvo antes de entrar. Se veía algo asustado, eso me tranquilizaba.
-¡Liana!- se acercó Sebastian corriendo hacia nosotros. Yo volteé de inmediato –Escuché gritos- dijo agitado -¿estás bien?- yo asentí y luego miré a Remington, quien parecía molesto por su presencia.
-Sí, solo que creímos que el fantasma del señor que vivía acá nos perseguía, pero parece que no- contesté.
-¿Fantasma? Hay algo mucho peor. Allá, en el grupo de nuestro curso, nuestra profesora- su voz era entrecortada, su rostro parecía asustado –mordió, mordió en la mano a Monica- mi corazón se aceleró. Remington me miró aterrado y salió corriendo hacia la cabaña principal, donde todos se encontraban almorzando.
Sebastian y yo nos quedamos en shock, no sabía qué hacer, no sabía cómo reaccionar.
-Los Whites están acá- logré decir -¡¿Y Jena?!
-¡No sé! ¡La estuve buscando por todos lados pero no la encontré!
-¡Vamos a buscarla!- exclamé tomando su mano y comenzando a correr.
Monica se encontraba en el suelo. Su mano estaba verde y de ella brotaba un líquido verde fluorescente bastante asqueroso. Las chicas gritaban y algunos chicos intentaban
ayudarla.-¡No la toquen! ¡No se les acerquen o los morderá!- exclamó Remington apartando a todos de Monica -¿Dónde está la señorita Cool?- preguntó preocupado.
-No sabemos, salió corriendo cuando la mordió- dijo Andy.
-¡Todo el mundo tenga cuidado! ¡Estén alertas! ¡Cualquiera de nosotros podría ser mordido por un White!- todos comenzaron a alborotarse. Mi corazón palpitaba a mil por hora, no encontraba a Jena, me estaba preocupando demasiado ¿Y si la mordieron a ella también? ¿Y si ya fue convertida en fantasma?
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Jamás volverán (Remington Leith)
ParanormalLiana y su madre no se encontraban bien económicamente, la comida, la felicidad y el trabajo siempre faltaba, hasta que algo terrible sucede en el mundo, rompiendo sus típicas preocupaciones por la vida cotidiana. Un nuevo virus provoca que los hum...