Celeste.
Sentada en el suelo del living de la casa de mis abuelos miro desde la esquinita de la ventana hacia afuera que ayuda a su tío con la jardinería, como estoy detrás del sillón nadie me puede ver y puedo estar tranquila mirándolo sin interrupciones, me muerdo las uñas y siento mis lágrimas amontonarse por lo que hago, él está lejos de mi, inalcanzable totalmente, y no hablo de las clases sociales, hablo de todo en general, es un hombre duro y experimentado, tiene recorrido en la vida y en la calle, no es nada inocente e inexperto, no habla como un chico de su edad sino súper maduro, ¿Y yo?, Controlada a mas no poder por mis papás e inexperta en todos los sentidos que puedan haber, miro hacia abajo y me digo, mis pechos no tienen el tamaño ni de un limón, parece que nunca quisieron crecer y eso que mi mamá es de pechos naturales grandes, tiene unas curvas de envidia después de cinco embarazos; mis piernas son muy largas y mi cola no se me nota con mis vestidos pero tengo, herencia qué si recibí de mi mamá, ¿Pero en general qué tengo para gustarle? Nada, mi pelo negro vive enredado de lo fino que es, mis pómulos y nariz rosados por el calor y se me pela la nariz y la frente, ¿Y él?, alto como Julián, morrudo y hermoso, medio rubio también y tatuado a no dar más, cuando se junta con mis hermanos hablan de todo, es muy amigo de Exe y Seba y siento que no estoy a su altura, no sé que clase de mujeres le gusta pero supongo que voluptuosas y súper amigables no como yo que no tengo ni amigos y mis amistades son mis hermanos y primos.
—¿Cele?. —me hago mas pequeña en el lugar escondiéndome bien pegada al sillón al oír a mi papá—. ¿Celeste dónde estas? Nos tenemos que ir. —miro por al costado y cuando sale del living me paro como que nada pasó y salgo atrás de él.
—Papi.
—¿Dónde estabas?. —abre los brazos donde solo me muerdo los labios mirándolo sin responder—. Te dije que a la una nos tenemos que ir y ya son y media, te estuve buscando por todos lados.
—Ya estoy. —asiente y miro las escaleras cuando algo llama mi atención.
—Dale Flor... Baja de una vez.
—¡Que pesado!. —sonrío al verlas bajar agarradas de las manos, las dos vestidas iguales, solo que Cami esta en los trece y Flor con once.
—Te dije que ojo con la boca Florencia.
—No dije nada... Solo que eres pesado papi y no lo reconoces. —me paro delante de ellas riendo donde a mi papá se le transforma la cara de enojo donde Flor es respondona a más no poder.
—Dale vamos que vamos a llegar tarde. —cuando salimos de la casa lo veo que están los dos tomando agua.
—Chao Rogelio.
—Chao Hardy.
Manu alza una mano y yo muerdo mis labios bajando la cabeza y caminando mas rápido atrás de mi papá para que me sea de escudo, Cami me empuja riendo, me giro para darle un golpe cuando de reojo veo a Rogelio palmear el hombro de Manu negando y él no deja de mirar por donde vamos, pero estoy segura de que no me mira, sino debe querer pedirle alguna cosa a mi papá y no se anima, mi papá es la persona más enojona que hay, pero si le pides un favor mueve cielo y tierra por cumplir, creo que debe querer algo de él.
Vamos a ir al cine y me avergüenzan estas cosas ya que tendría que salir con amigos o hasta con un novio, no mi papá y mis hermanas, pero es lo que hay, nunca me dejaron salir a ningún lado así que no hubo momento en que forme una amistad con nadie, a cumpleaños que me invitaban se negaban rotundamente, no sé lo que es ir a un quince de una compañera o una pijamada fuera de la familia, hasta que llegó el punto en que rompía las tarjetas y no decía nada de que me había invitado porque ya sabía la respuesta y de sobra, miro el lugar sin entender ya que no vamos al cine.
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Liberame
RomanceCeleste silenciosamente está enamorada del amigo de sus hermanos, un muchacho duro, que no demuestra nada más que seriedad y dureza, lo desea, lo anhela, se imagina un mundo con ese muchacho que no la mira, no le habla, ella sabe que algo entre ello...