19. Libertad

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Los cuatro juntos, vamos al comedor. Aún no hay mucha gente, pero poco a poco se va llenando el espacio. Mica se ha ido a su sitio, en el que está con las que antes eran sus amigas, y Danel se ha quedado con nosotros un rato antes de que lleguen Blaze y Violet.

— ¿Qué habrá hoy para comer? —pregunta Danel con ganas.

—Ni idea, pero huele a macarrones.

—Entonces habrá macarrones —puntualizo.

Por la puerta ve Danel como van entrando los ocupantes restantes de esta mesa, por eso mismo, decide irse y decirnos que nos vemos luego.

Me giro para recibir a Blaze y a Violet, aunque no con muchas ganas. La verdad es que no sé por qué me he girado.

—Mira como nos recibe la malpensada —le dice la bruja a su amigo.

Hago como que no he oído nada... pero no, no puedo dejar que me deje mal, y menos una de las brujas.

—Por lo menos tenía la buena intención de saludar, no como tú, maleducada.

Me mira con desprecio. Blaze, en cambio, no dice nada.

Decido levantarme de la silla e ir en busca de la comida. Cuanto menos vea a Violet, mejor. Danel está también cogiendo sus macarrones con tomate. Parece que antes habíamos acertado en lo que iba a haber para comer. Me recibe con una sonrisa y yo se la devuelvo, hace nada que hemos estado juntos.

Desgraciadamente, Leti se coloca detrás de mí porque soy la última en la fila. Con ella, van también Beth y Holli. Ahora no sé qué es peor, si tener que aguantar a Violet en la misma mesa que yo o tener a tres brujas detrás de mí en la fila a menos de un metro.

Danel se da cuenta de su presencia y me mira con gesto comprensivo. A continuación, comienza a hablarme:

— ¿Y qué tal todo?

— ¿Cómo que qué tal todo? Acabamos de estar juntos.

—Te estoy dando conversación para que la espera se haga más amena —me susurra.

—Todo bien, bueno, como siempre —contesto a su pregunta inicial.

— ¿Va algo mal?

—El tema de siempre: Violet.

—Pasa de ella. Es lo mejor.

—No puedo pasar de sus comentarios porque si no, va a más.

Se queda pensativo.

—Mira la parte buena: ni te aporta nada ni es ya del grupo de las brujas. Y Blaze parece un buen chico, así que puede contagiarle su bondad.

—Bueno, de bondad tampoco tiene mucho. ¿No te acuerdas de...?

—Sí, me acuerdo —no me deja acabar—, pero eso no quita que en el fondo no sea un buen chico.

—Eso pensaba yo hasta que hizo lo que hizo.

—A veces las personas necesitamos más de una oportunidad —me guiña un ojo.

Ya es su turno. Pasa la bandeja con su plato y le echan la comida, después hacen lo mismo conmigo.

Se para antes de volver a su mesa para continuar con nuestra conversación.

—Si yo fuese tú, le daría otra oportunidad a Blaze.

— ¿Oportunidad para qué?

—Para que volváis a ser amigos.

—Llevamos ya un mes sin hablarnos, Danel. Y me apartó por su amiga del alma.

93 días de Verano ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora