𝐒𝐭𝐢𝐥𝐥 𝐰𝐢𝐭𝐡 𝐘𝐨𝐮 ᵀᵃᵉᵏᵒᵒᵏ

Único

[Importante de escuchar la música ↑ mientras lees ☁️]

El invierno nunca le gustó, el verano era más tranquilo.

Pero parecía que todo iba de mal en peor.

El realmente no pensaba volver, renunció de su trabajo y ahora no sabía que hacer, su cabeza dolía y las ganas de llorar aumentaron.

¿Podría haber algo peor?

Quería desahogarse, buscaba alguna manera de poder siquiera sacarse de su cabeza todos los problemas que tendría al momento de que sus padres se enteren.

Tenía tan solo 23 años y acababa de ser una persona independiente, hace tan solo unas semanas consiguió un trabajo con el cual mantenerse, jurándole a sus padres el no defraudarlos.

Visualizó un bar cerca, pudo notar que era lujoso y que muchas personas, especialmente hombres, ingresaban a aquel lugar, con un buen traje. No pudo descartar de su cabeza que aquel lugar era totalmente caro. Pero si pudo notar que había mucha gente, seguramente habría un espectáculo, era viernes, que más podía esperarse.

Con el poco dinero que le quedaba decidió entrar, mostrándole la identificación al personal de seguridad. Notó que el lugar era ordenado y pulcro, a comparación de otros establecimientos cerca al lugar de donde vivía.

— ¡Por favor, invito a todos a qué tomen asiento y disfruten de lo que hoy día hemos organizado! — escuchó a un hombre de barba y cuerpo robusto sobre el escenario, llamando la atención del público.

Se dirigió a la barra y pidió un trago, algo fuerte pero a la vez dulce.

Poco después las luces se apagaron, tan solo dejando algunas prendidas que daban a dirección al escenario, mientras que las cortinas de este se abrían poco a poco. El público aplaudió, hombres y mujeres con una sonrisa en su rostro y sus ojos con un brillo especial, no dudó en dirigir su vista al escenario, preguntándose qué sería lo que tenía a todos tan encantados.

Y fue ahí cuando lo vió

Tan bello y dispuesto a todos, con unos hermosos pantalones negros que se ajustaban perfectamente a sus gruesas y fuertes piernas.

Con una camisa negra y unos cinturones que se ajustaban a su cintura, con pequeños detalles que brillaban en ellos y se ajustaba perfectamente en esa perfecta curvilínea.

Y subió un poco más, visualizando su cuello blanquecino con dos pequeños lunares en el.

Subió otro poco más.

Y notó esa hermosa cabellera roja y esos delgados labios, pintados con el más bello y jugoso labial. Y siguió viéndolo, no quitando la vista de esa nivea piel y de sus hermosos ojos, redondos y de un perfecto color miel.

Quería llorar

Quería interrumpir todo el espectáculo, subirse al escenario, sujetar su delgada mano e irse con el.

— Parece ser que usted es una víctima más.

— ¿Disculpe? — apartó su vista de aquel Adonis. Prestando atención a aquel barman que le habló.

— Park Jimin, un gusto — le tendió su mano, en forma de saludo. El castaño dudó en corresponder, pero al final lo hizo.

— ¿Porqué dijiste aquello? —preguntó, no dudaba que aquel ángel enamorara a todos, pero la forma en la que lo dijo aquel hombre lo llenó de agustia.