El programa ha sido todo un éxito. A la salida había miles de personas coreando mi nombre y algunas de ellas prácticamente se peleaban por que me acercara un poco más y pudieran tocarme. Como si fuera de oro o tuviera poderes. Yo sólo podía sonreir y hacer caso a toda la gente que me era posible. Firmaba autógrafos, daba algunos abrazos e incluso posaba para algunas fotos y selfies. Esto empieza a gustarme cada vez más. Supongo que ya puedo considerar a esas personas mis fans. Nunca pensé que llegaría a llamar a alguien fan. Y ahora no me puedo creer lo que me está pasando. Cuando por fin subo al coche, evitando por el momento a periodistas, me doy cuenta que ninguna de estas personas han mencionado a Elia. Supongo que para ellos no ha supuesto nada especial, ellos no saben que lo que hice no estaba ensayado ni creo que lleguen a comprender la falta que me hacías en ese momento entre el público, que necesitaba tu sonrisa y esa mirada que calaba en mí y me daba confianza para hacer cualquier cosa.
De vuelta al hotel no dejé de pensar en ella en toda la noche. Apenas pegué ojo hasta que el sueño me venció y me dormí, convencido de que aparecerías en mis sueños.
Y al día siguiente, hoy, no me puedo creer lo que veo por la tele. Me han dado el día libre, aunque me han prohibido salir a la calle por el hecho obvio de que todos esos preiodistas esperan a la puerta de mi hotel a que salga para acosarme a preguntas. Al principio pensaba que serían preguntas sobre el programa, mi futuro o cualquier cosa de esas. Al poner la tele en mi habitación comprendí que lo que todo el mundo quería saber era quién era esa Elia a la que había dedicado la canción ayer. En unos de esos programas del corazón han dedicado una sección a nuestra "relación" a pesar de que no tienen ninguna noticia por parte de ninguno de los dos.
Las imágenes que salen son de tu casa, de todos los periodistas y algunos fans de allí cerca a la puerta de tu casa como están a la puerta de mi hotel. Todos están deseando tener una exclusiva de cualquiera de los dos, pero por lo que veo en el programa no apareces por ningún lado y las cortinas de todas las ventanas de tu casa están corridas. Reviso el móvil por si tengo alguna llamada perdida tuya pero no tengo nada. Supongo que estás enfadada por haberte liado todo esto.
El móvil suena de repente y veo que eres tú. Contesto, esperando que empieces a gritarme o a regañarme.
-¿Elia? Lo siento muc--
-Dan, no quiero oir una disculpa. Sé que esto no es culpa tuya. -Su voz suena calmada, no parece enfadada.-
-Suelto el aire que estaba aguantando y río levemente.- Me alegra que me comprendas. Pensaba que estarías enfadada por tener a todos esos pesados acosándote. De verdad que no quería que pasara esto.
-Escucha Dan. -Su tono es cálido y agradable. Una sensación agradable de calma me recorre todo el cuerpo y me relajo.- Si tener a todos estos periodistas en casa supone que todo el mundo conozca cuánto te quiero estoy dispuesta a vivir así el resto de mi vida. Pero no sé qué hacer. No sé si debo de hablar con ellos o no, y algún día voy a tener que salir de casa.
-A mí no me dejan hablar con ellos, pero tú eres libre. Decide hacer lo que creas más conveniente.
-Lo haré. Será mejor que en estos días no pierdas de vista las noticias. -Ríe en tono juguetón.- Aunque tampoco creo que puedas librarte de los periodistas a partir de ahora.
-¿Qué piensas hacer?
-Ya lo verás...
Las siguientes horas las pasamos hablando, sobretodo de cómo serían nuestras vidas a partir de ahora. La verdad es que necesitaba mucho hablar con Elia como hacíamos antes. Estar hablando de cualquier cosa seria y de repente convertirlo todo en una historia increíble, estallar en risas después de hablar serios sobre cosas imposibles como estar dando un paseo y que aparezca One Direction para pedirme un autógrafo y una foto. "¡Nunca llegaré a ser tan famoso!" repliqué yo imaginándome la escena en mi cabeza y empezando a reir a carcajadas.
Siempre me hace reir. Pero no la quiero sólo por eso. Siempre está a mi lado creyendo en mí incluso cuando ni yo mismo lo hago.
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Entre el cielo y la tierra.
Romance"¿Por qué tiene que ser tan difícil?" se pregunta todos los días. Y es que nunca pensó que teniendo todo lo que podía imaginar se sentiría más vacío que nunca. A veces se puede tener todo y nada a la vez. Y la mayoría de las veces es demasiado tarde...