Capítulo 23.

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—Juntos.

Al llegar a la casa del chico sinceramente se esperaba la rica comida que hacia la madre del chico, le encantaría decir suegra pero aún no le pedía nada de eso; si estaba la comida, pero la madre no lo que hizo que la chica quiera salir corriendo ...

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Al llegar a la casa del chico sinceramente se esperaba la rica comida que hacia la madre del chico, le encantaría decir suegra pero aún no le pedía nada de eso; si estaba la comida, pero la madre no lo que hizo que la chica quiera salir corriendo de allí sabiendo lo que le esperaba por haber hecho esperar demasiado al chico que tanto la amaba.

Al llegar a la casa del chico sinceramente se esperaba la rica comida que hacia la madre del chico, le encantaría decir suegra pero aún no le pedía nada de eso; si estaba la comida, pero la madre no lo que hizo que la chica quiera salir corriendo ...

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Terminaron de comer e inmediatamente la menor salió corriendo a encerrarse en el baño para evitar ser masacrada por el mayor, no cerró bien la puerta.

–¿Qué estás haciendo problemática?. –Dijo el cabellos ananá para sacarla de ahí. –Quiero helado, vamos por helado. –Tomó la mano de la chica sin dejar que ella respondiese algo, al llegar a la heladería pidieron lo de siempre, el vainilla y ella una mezcla de chocolate y café. –¿Por qué estás así de nerviosa, enana?. –Pasó uno de sus brazos por los hombros de la chica acercándola más a el dejándola acurrucarse en el pecho de el como si fuese un gato.

–No lo sé, perdón. –Sonrió y después siguió comiendo su helado. –Tengo calor. –Hizo un puchero.

–Estamos en octubre, mira la ropa que llevo yo. –La chica volteó a su acompañante que llevaba el atuendo de Chūnin. –Ahora mírate a ti. –Se miro a si misma y llevaba una blusa de manga larga negra y un short igualmente negro. –¿Quién se supone que tendría más calor?.

–Hum. –Se giró a otro lado viendo varios niños pequeños gritando y algunos llorando, sacudió su cabeza y se cubrió los oídos.

–¿Estás bien?. –Miró hacia donde anteriormente veía la chica. –¿Te dan miedo los niños?. –Ella negó.

–No, solo que detesto que sean ruidosos. –Se puso de pie y comenzó a caminar junto al mayor que aún tenía su brazo un los hombros de la chica.

–Entonces nuestros hijos serán callados por mi y fastidiosos por ti. –Se rió y ella hizo como si le diera igual hasta darse cuenta de lo que dijo, se atragantó con el helado.

distanced from you | Shikamaru NaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora