𝚂𝚎𝚐𝚞𝚗𝚍𝚘 𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘

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¿Es un adiós?
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¿Es un adiós?•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

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El día fué calmado, hice lo que pude con mi trabajo y me dediqué a escuchar a los demás opinar sobre sus propios trabajos.

¿Cuando comencé a perder el interés por mi propia pasión?.

Me sentía incómodo de tanta gente y la presión se volvía asfixiante. Los demás desprendían felicidad, algunas veces me pregunto si alguna vez ellos están tristes y además también me sentía mal conmigo mismo, mi mente no paraba de pensar en lo que comí hoy junto a chrissie, no estoy acostumbrado a almorzar y eso me hacía sentir muy insatisfecho y mal conmigo mismo, los pensamientos sobre mi apariencia física llegan nuevamente y con ello mis inseguridades.

Cuando marcaron las 6 de la tarde en el monitor sentí que ya era hora de irme, tomé mi mochila y revisé que todo estuviera en orden y sí, estaba todo en orden.

Bajé las escaleras y pasé por la sala de entrada caminando hasta la salida del edificio.

En la salida me topé con chrissie y un par de sus amigas fumando, le sonreí y está me sonrió, se acercó a mí a paso ligero.

-¿ya te vas?- preguntó, solamente asentí. Sus amigas nos veían mientras conversaban para ellas mismas. -suerte ¿bien?, al llegar a casa asegúrate de llamarme ¿entendido? - dijo acariciando mi mejilla, nuevamente asentí haciéndose presente una fuerte presión en mi pecho. No será posible.

Se quedó viéndome mientras sonreía, jamás me había detenido a pensar en lo agradecido que estoy de que ella haya entrado a mi vida.

Ella fué la que me ayudaba con mis cuadros, pasábamos horas en silencio observando el cielo acostados en el parque, ella era la de las salidas imprevistas y la que tomaba de mi mano cuando sentía que no podía más.

Realmente agradezco que haya entrado a mi vida.

Me acerqué a ella abrazándola y a los segundos sentí como correspondía acariciando levemente mi espalda, este es un adiós.

Pero, ¿cuando desapareció esa conexión?... ¿Cuando fué que perdí todas las fuerzas? ¿A caso fueron las veces que no podía levantarme de mi cama y inventaba excusas para no ir a trabajar? ¿O fué cuando dejé de contestar sus llamadas?.

-llegaré tarde- dije y esta asintió -cuídate- hablé separandome de ella.

-igual tu- finalizó.

Comencé mi camino mezclandome con los demás, no me e detenido a sobrepensar más esta situación pero ya no puedo detenerme

¿Qué hará mi madre cuando se entere que su único hijo murió de sobredosis? Lo más probable es que nada, jamás le importé.

Duele pensarlo, aceptarlo y procesar que jamás fuí deseado.

Bajé por las escaleras de la estación de metro sacando de mi bolsillo mi billetera, saqué mi tarjeta Oyster y me dirigí hasta la entrada.

Una vez dentro del vagón sentí nuevamente esa inseguridad pero intenté ignorarla, ya pronto podría descansar.

Me senté relajando mis piernas, cerré mis ojos dispuesto a relajarme completamente pero el ruido que comenzó a tener este lugar era imposible. Abrí mis ojos observando a mi alrededor notando que el vagón aún no cerraba sus puertas y que casi al frente mío habían dos chicos, uno de cabello muy claro y otro de cabello negro de casi mi misma edad reían a carcajadas, no pude evitar suspirar.

Los demás no se veían preocupados de su actitud cosa que me incomodaba, se cerraron las puertas.

En todo el camino no paré de escucharlos y al momento de bajarme vi como estos también bajaban.

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Cuando por fin llegué sentí que ya estaba rendido, no me sentía bien y eso no era bueno.

-Doctor Brian!- habló el encargado del centro principal -que gusto verlo por aquí ¿Qué ocurre?- preguntó.

-oh, sólo vengo a dar una vuelta- dije esperanzado por ver las estrellas, hace mucho que no venía aquí.

-está bien, usted sabe por dónde ir y cualquier cosa estamos dentro, pronto cerraremos de todas formas-

-no se preocupe, me iré antes que cierren- dije y este asintió.

Caminé por fuera de la central en dirección al observatorio, este lugar es extremadamente grande, incomparable a la central de la ciudad en la que yo trabajo, ¿sabes?, tuve un periodo en donde tenía muchas ganas de trabajar aquí... No sé en qué momento ese tipo de pensamiento se fueron de mi mente, o tal vez lo sé y no lo quiero recordar.

Demoré alrededor de 15 minutos llegar al lugar donde realmente me sentía cómodo, el observatorio se veía algo pequeño y eso me agradaba, entre menos iluminación más posibilidad de ver las estrellas.

Me senté en uno de los tantos bancos y observé las estrellas, sentí un nudo en mi garganta y unas ganas incontrolables de llorar llegaron de un momento a otro. Observé mi mochila y la Abrí sintiendo que mi respiración se agitaba, tomé la caja de antidepresivos nueva y asentí.

—Supongo que la felicidad no está al alcance de todo el mundo— murmuré para mí. No tenía que pensarlo más y solo tenía que hacerlo.

El silencio del lugar y las estrellas era lo que necesitaba para decir realmente adiós. Observé el cielo relajandome, no tardé en sentir las lágrimas recorrer mis mejillas, yo solo... Quería disfrutar un poco más este silencio.

Pero como en ningún lugar puedo estar tranquilo, mi llanto se veía interrumpido por unos gritos masculinos de ayuda.

Suspiré agobiado limpiando mis lágrimas y me levanté observando a mi alrededor, a lo lejos podía divisar una luz que suponía venía de una linterna.

¿Era posible que fuera un infiltrado? ¿Sería posible?.

Guardé las pastillas y caminé en dirección a este, no podía creer que este idiota interrumpiera mi momento.

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ꜱᴛᴀʏ ᴡɪᴛʜ ᴍᴇ - /𝑴𝒂𝒚𝒄𝒖𝒓𝒚/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora