Lauren Pov
¿No te ha pasado que cuando quiere algo, no te importa que es lo que te digan tu sigues queriendo esa cosa? Pues a mí me ha pasado.
He pasado 180 años buscándola, solo a ella. Desde que me conecte con mi lobo interno nació el deseo por estar con mi mate. Pero por mi mala suerte no la he encontrado.
Mis padres murieron en mi cumpleaños número 109 a manos de una manada vecina.
En esa batalla murió mi madre, pero mi papa no supo controlar o llevar acabo su perdida y murió de tristeza y dolor.
Muchas mujeres me han insistido en que salga con ellas mientras que encuentre a mi mate, pero obviamente yo me niego, solo tengo ojos para mi mate y para nadie más.
He buscado en cada parte de este mundo a mi media naranja, no me importa si es una humana, una mujer licántropo, un vampiro o lo que sea, pero la quiero tener en mis brazos ya.
Estaba ahora haciendo unos trámites en mi despacho, quería hacer más seguro nuestro hogar y que nadie nos pudiera atacar en cualquier momento. Seguía haciendo mi trabajo hasta que alguien toco a mi puerta interrumpiéndome.
-Pase- Gruñí
No me gusta que me interrumpan.
-Lauren, te tengo una buena noticia- Dijo entrando mi mejor amigo.
-¿Que tienes Troy?- Pregunte.
-He buscado en todo el mapa en qué lugares no hemos buscado y vi que nos falta buscar en un pueblo de Minnesota- Comento.
-Eso es imposible- Susurre.
-Eso creí porque si fuimos hasta la Antártida a buscar vida obviamente debimos haber ido ahí, pero no fuimos y eso significa que podría haber posibilidades de que ella este ahí- Sonrió mi amigo.
-¿Estás seguro?- Pregunte emocionada.
-Sí, si vamos tal vez la podemos encontrar y así serias feliz- Rio.
-Empaca tus cosas, nos iremos mañana- Comente.
-A sus órdenes Señora.
Troy es mi beta, mi mano derecha en todo momento, Él me ha ayudado a buscar a mi mate desde que éramos adolescentes, pero no hemos tenido suerte.
El ya encontró a su mate, pero me ha ayudado porque en una de mis búsquedas la encontramos, fuimos a Australia y ahí la encontramos. Ally se llama así.
Hemos recorrido todo el mundo, fuimos a Egipto, Dubái, recorrimos la muralla China completa, caminamos cada ruina de México, El monte Everest, hasta la Antártida. Cada rincón escondido, pero no está.
Si es cierto que ella puede estar en ese pueblo de Minnesota, no dudare en ir allá.
(...)
Cuando ya había terminado mis asuntos, empecé a empacar mis cosas para irnos a primera a Minnesota. Estoy nerviosa, si la encuentro ¿Que haré? ¿Cómo me presentare? ¿Le gustare? ¿Cómo será ella?
Tantas preguntas y nervios que solo hacían que me emocionara más en ir a ese pueblo. Solo debo dormir unas cuantas horas y pronto estaré con mi mate.
Siempre he pensado en ya no dormir sola, en tener un cuerpo al lado mío, que yo pueda abrazarlo lo más fuerte que pueda.
-Tengo un buen presentimiento de que esta vez si la encontraremos- Hablo mi lobo interno.
-Igual yo, quiero estar ya con ella ¿porque antes no la hemos encontrado?- pregunte extrañada.
-Tal vez no había nacido, o querían buscarnos algo mejor-- menciono