Menta en té

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Melodía que deambula por mi mente. Emanando en mi mente la visión fugaz de tu caminata, a través de la multitud enajenada en su materialismo, desapareciendo por una eternidad incierta. Aromas emanan mis recuerdos, al momento de despojarme de mis ataduras del tabú. Noche tras noche, aguardo tu llegada en el sueño de todos los días. Esperando a que no llegues tarde. Pero, la inminente y frívola realidad se opone al sentimiento de plena satisfacción, sofocada por mis ideales. La realidad es ambigua, al igual que la incierta existencia de la vida. Tan ambigua, como el sentimiento relativo al tiempo. Aunque pasen cientos, miles, billones de años, mis ataduras a tu corazón persistirán hasta morir. Un sueño y una pesadilla, la mejor y la peor, unidas en un hecho, en un hecho que todos portamos. Pero, a pesar de ellos aquí me quedo, sentado en el limbo. Mutilando mi ser masoquista, aguardando la razón de algo que me haga ser. Una razón de abandonar este vago y tan potente pensamiento, que aparece cuando lo necesito y no.
Cordiales despedidas inspira mi lengua, pero mi mente pasional castiga con la mirada. Pasionalidad descuartiza lo que fue un ciclo de esplendor, de felicidad y respeto. Pero, que fue mutando por la causa y efecto inmaduro del actuar. Así como cuando una célula ve un trastorno en su entorno. Se trata de proteger, pero cuando el castigo es inexorable, decae y muere.
Prosigo, pienso, existo, soy. Castigo terrenal que me aferra a este plano. Solo me queda creer en un Dios, en un nada, en un número, en energía o simplemente en mí. Aguardo el lecho de mi muerte para entender lo que es vivir. Aguardo a encontrarme con tu esencia en otro modo. Aguardo a la vida en otro plano. Solo me queda creer en que el castigo de “eso”, no es el vivir, sino, el de cargar contigo hasta el lecho de tu muerte tu propia cruz. Cargar el peso de ella y llevarla lo más firme posible, a pesar de que el peso de ella misma opaque nuestra vitalidad. El peso de nuestra cruz. Observable en la mente, habla y actuar de cualquier individuo. El peso de tu mente expuesta como cruz. Ningún sacramento perdonará la inexorable existencia de tu mente y pensamiento. Tu mente permanente. Mente, mente, mente. Menta….manto… té. Mi taza de té.
Prosigo a beber lo que queda mi taza con té y volver a acá. A este mundo terrenal y abandonar la laguna infinita de pensamientos. Prosigo a seguir viviendo.Prosigo a verme en un espejo colgado en la muralla de mi baño. Prosigo a dormir. Prosigo a soñar, a aguardar. Prosigo a vivir. Prosigo. Prosigo a…?.  Duermo, sueño. Despierto. Prosigo a vivir, vivo. "Vivo".

Extracto de MenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora