Como había predicho, no dio ni dos pasos cuando su representante ya estaba a su lado para llevarlo a su casa a ayudarle a desempacar más rápido y empezar a idear su nueva gira.
Harry sólo asentía a lo que él decía, no podía decir mucho cuando las ideas empezaban a flotar por la cabeza de Gellert, sólo esperaba que no se le ocurriera algo raro para uno de sus conciertos.
—¿Por dónde te gustaría iniciar tu gira, Harry? —esa pregunta fue diferente a todas las demás, su representante sólo formulaba preguntas cerradas, un sí o un no eran suficiente para contestar.
—Inglaterra. —no pensó la respuesta, en esos momentos sólo podía tener una cosa en la mente y, más que cosa, eran los únicos momentos que estuvo con Tom.
—Inglaterra será —concordó y siguió haciendo planes con sus normales preguntas, dándole oportunidad a Harry de meterse de nuevo en sus pensamientos.
De un momento a otro su mente empezó a reproducir una pequeña tonada, haciendo que el ojiverde dejara de hacer lo que se supone que debía hacer.
Sí, podría ser una buena tonada, sólo le faltaba la letra y...
Gellert levantó rápido su cabeza cuando empezó a escuchar a Harry cantar y sonrió al ver la mirada que siempre ponía cuando se le ocurría una nueva canción.
El joven cantante corrió al estudio de su casa y, tan sólo un minuto después, el representante logró escuchar una pequeña y simple versión de piano de un pedazo de la canción.
Tal parece que habría otro nuevo sencillo para la gira.
♣ ♣ ♣ ♣
Decir que estaba molesto era un eufomismo.
Le había mandado un mensaje al número que Harry le dio para que resultara siendo un número equivocado.
Tom había estado tan seguro de que el menor quería seguir hablando con él que no había dudado ni un segundo en que ése no era su número telefónico.
¿Qué pasaba si Harry realmente no quería hablar con él? Tal vez vivía una vida ocupada y tener algún tipo de relación a distancia sólo complicaba las cosas.
No quería pensar en eso, tal vez sí se había equivocado y dictó mal, eso esperaba realmente.
Bufó mirando la televisión en la sala de su mejor amigo, quien había tenido que soportarlo a todo momento desde que llegó de Madrid.
Sí, su humor no era el mejor y, después de lo sucedido, sólo podía desquitar su furia de alguna forma u otra.
—Ya, Tom —se quejó Lucius mientras apagaba la televisión—. Pareces adolescente, eres un adulto, ahora dime lo que sucedió para que parezcas un ogro.
Bien, lo último le había ofendido. Él era más hermoso que un ogro.
—Ya te dije, algo salió mal en las negociaciones de Madrid —gruñó queriendo arrebatarle el control remoto, cosa que no funcionó.
—Deja de ser un bebé.
—Tú deja de obligarme a dejar de hacerlo.
—No eres tú el que debe soportarte.
—Debes hacerlo, es tu deber.
—¿Mi deber? —chilló Lucius— Nunca vi en el contrato de mejores amigos esa cláusula.
—Baboso.
—Llorón.
—Teñido.
—¡Hey, eso ya es pasarse!
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Oye, Tom.
FanfictionTom se había ido y ya no podía hacer nada, tal vez ya no lo encuentre y el viaje para festejar su cumpleaños sería sólo un recordatorio de cómo encontró a la persona perfecta y desperdició el encuentro porque era lo suficientemente estúpido como par...