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Todo había pasado demasiado rápido, mi corazón aún latía desenfrenadamente cuando recordaba aquel momento.

Recuerdo muy bien como Tyler el dueño de la Van negra perdía por completo el control tratando de controlarla y no causar algún accidente, pero aún así paso lo que paso.
No me había dado cuenta de que estaba apunto de ser arrollada por ella, pero algo o más bien alguien lo impidió.

Segundos antes sentí como unos brazos rodeaban mi cintura y me daban vuelta alejandome de ahí para después caer encima de un duro y frío cuerpo. El impactó fue fuerte, además de haber caído encima de mi brazo lastimado, pronto deje de escuchar el ruido de la Van y el insistente claxon, para cambiarlo con solo el gritar de la gente en el estacionamiento.

Sentí una respiración en mi rostro, aun aturdida abri mis ojos tomandome con unos dorador completamente hermosos.

-Gracias -susurre, el sin decir nada más inmediatamente me bajo de su cuerpo y me dejó en el suelo con cuidado, se fue dejándome confundida.

Pronto me levante al escuchar como un camión de ambulancia se paraba en el estacionamiento y se llevaba a mi hermana en el.
Me puse de pie y corrí hacia la Picop naranja de Bella, tome la mochila de ella que se encontraba encima del capo dejandola junto a la mía dentro de la camioneta aun lado de mi.

Quité el yeso de mi brazo, para poder manejar hasta el hospital, aun dolía, pero por única ocasión podía hacer una excepción.

-Estoy bien -insistia Bella, incomoda por tanta atención medica-

-No estas bien, casi fuiste aplastada -hable, mientras me revisaban el brazo-

-Fue muy irresponsable de su parte quitarse el yeso manejar con una fractura -me regaño una enfermera compañera de Carlisle que me atendió el día de mi accidente-

-Lo siento, pero era la única forma de poder llegar aquí -Me queje cuando apretó mi brazo un poco, sabia que lo hacía adrede-

-¿No tienes a alguien más que hubiera manejado por ti? -nege con la cabeza-