Capítulo 27

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Macarena salió de la ducha unos cinco o diez minutos después.

Se sentó en la cama, estirándose.

- Qué sueño - murmuró.

- Todavía tenemos una tortura diaria más.

- Ya se. Me acordé en el baño. Pero será rápido.

- Y agradable.

- Bueno, para mi ...

- Cállate.

Macarena se echó a reír.

- Hablas así porque quieres ocultar tus sentimientos por mí.

- Muy graciosita.

- Lo digo en serio. Terminaremos esto más rápido de lo que piensas.

- Que genial - murmuró Bárbara, encogiéndose de hombros.

Macarena sonrió, descubriéndolos y tirando las mantas al pie de la cama.

- ¡Oye! - Exclamó Bárbara, sorprendida.

- La sábana solo se interpone en el camino - dijo Macarena, arrodillándose.

Bárbara comenzó a sentarse, pero Macarena sacudió la cabeza.

- No. Puedes quedarte así.

Macarena se acercó, pasando una pierna a cada lado de Bárbara y acercándose a su cara, con una sonrisa en sus labios.

- Te estás divirtiendo con esto. No lo puedo creer - dijo Bárbara sorprendida.

- Oh vamos. Como habíamos dicho antes, siempre pasa algo cuando nos besamos.

Macarena ya estaba demasiado cerca, la mente de Bárbara estaba entumecida cuando miraba esos ojos azules tan de cerca, cuando olía ese aroma a jabón que Bárbara había aprendido a reconocer  como el de Macarena.

- ¿Entonces ya hablamos de eso? - Eso fue todo lo que Bárbara pudo preguntar, su voz se quebraba.

Macarena se rió suavemente, apoyó las manos en la cabecera y besó sus labios suavemente.

- No lo sé - susurró, antes de besarla de nuevo, aún en voz baja.

- ¿Y qué pasa cuando ... nos besamos? - La voz de Barbara era débil; los labios de Macarena eran tan suaves.

- Observa - susurró Macarena, de repente sosteniéndola por la cintura.

El corazón de Bárbara dio un vuelco, acelerándose como nunca antes. Sus manos se entrelazaron detrás del cuello de Macarena acercándola aún más.

La piel de Bárbara era muy suave. Deslizaba fácilmente bajo sus dedos, incluso con un millón de tela encima.

Bárbara se dio cuenta de que Macarena no tenía prisa como la noche anterior, también podía percibir cualquier cosa con Macarena besándola de esa manera. Macarena parecía tomarse el mayor tiempo posible, disfrutando cada toque.

Cuando sintió que Bárbara apenas respiraba, Macarena rompió el beso y pasó los labios por su cuello, apenas tocándolo. Hizo un camino de besos hacia sus labios nuevamente y la besó tan despacio como pudo, encajando perfectamente. Podía sentir el corazón acelerado de Bárbara, era un maravilloso sentimiento.

Cuando Macarena deshizo el nudo de la bata de Bárbara, Bárbara se alejó y el miedo en sus ojos era innegable.

- ¿Que pasó? - Preguntó Macarena.

El tono de Bárbara era de disculpa.

- Es muy extraño

Con los labios acariciando los de Bárbara, Macarena sonrió.

The Experiment | Barbarena TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora