A la mañana siguiente Nixie seguía consternada por la carta que había recibido, hubiera actuado de forma diferente durante el día, pero el asunto quedo olvidado cuando Harry le conto lo que había descubierto la noche anterior. Admitía que era sorprendente y extraño el funcionamiento del diario, y aunque estaba curiosa por ver el recuerdo en persona, no alcanzaba a entender cómo es que sus amigos creían que Hagrid fuera el culpable.
No iba a decir, que no tenía mucho sentido, pues el hombre tenía una fascinación por las criaturas grandes y monstruosas, incluso había intentado criar a un dragón durante el curso pasado, cosa que a la rubia no le molestaba tanto como a los otros, además tenía como mascota un cerbero llamado Fluffy, que no era por nada, pero en el primer encuentro que tuvieron la chica tuvo ganas de arrancarle la cabeza.
Pero saber aquello, no los ayudaba a tener una idea más clara de lo que estaba pasando, pues durante noches seguidas Harry volvía a contar el recuerdo hasta que se cansaba de hablar y aquello solo conllevaba a largas charlas que no los llevaban a ningún lado.
—A lo mejor Ryddle se equivocó de culpable —decía Hermione—. A lo mejor el que atacaba a la gente era otro monstruo...
—¿Cuántos monstruos crees que puede albergar este castillo? —le preguntó Ron, aburrido.
—¿Además de ti? Mmm, supongo que muchos —sugirió la rubia con burla.
—Ya sabíamos que a Hagrid lo habían expulsado —dijo Harry, apenado e ignorando lo dicho por la oji azul—. Y supongo que entonces los ataques cesaron. Si no hubiera sido así, a Ryddle no le habrían dado ningún premio.
Ron intentó verlo de otro modo.
—Ryddle me recuerda a Percy. Pero ¿por qué tuvo que delatar a Hagrid?
—El monstruo había matado a una persona, Ron —contestó Hermione.
—Y Ryddle habría tenido que volver al orfanato muggle si hubieran cerrado Hogwarts —dijo Harry—. No lo culpo por querer quedarse aquí.
—Sí bueno, todo se ve muy sospechoso, pero no creo que haya sido él —dijo Nixie —. Estoy segura de que no puede matar a una mosca sin sentir culpa.
Ron se mordió un labio y luego vaciló al decir:
—Tú te encontraste a Hagrid en el callejón Knockturn, ¿verdad, Harry?
—Dijo que había ido a comprar un repelente contra las babosas carnívoras —dijo Harry con presteza.
Se quedaron en silencio. Tras una pausa prolongada, Hermione tuvo una idea elemental.
—¿Por qué no vamos y le preguntamos a Hagrid?
—No seas tonta Herms, hacer eso significaría que dudamos de él —dijo la rubia.
—¿Además que le diríamos? "Hola, Hagrid, dinos, ¿has estado últimamente dejando en libertad por el castillo a una cosa furiosa y peluda?" —aporto Ron.
Al final, decidieron no decir nada a Hagrid si no había otro ataque, y como los días sucedieron sin siquiera un susurro de la voz que no salía de ningún sitio, albergaban la esperanza de no tener que hablar con él sobre el motivo de su expulsión. Ya habían pasado casi cuatro meses desde que petrificaron a Justin y a Nick Casi Decapitado, y parecía que todo el mundo creía que el agresor, quienquiera que fuese, se había retirado, afortunadamente. Peeves se había cansado por fin de sus canciones; Nixie había decido guardar la corona de esmeraldas verdes y la había sustituido por una pequeña tiara de rubís. Ernie Macmillan, un día, en la clase de Herbología, se comportó más amable con Harry y Nixie, y en marzo algunas mandrágoras montaron una escandalosa fiesta en el Invernadero 3. Esto puso muy contenta a la profesora Sprout.
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Nixie y la cámara secreta
FanfictionCon nuevos cambios en su magia que le dificultan el control parcial de su cuerpo, Nixie debe volver a Hogwarts sin imaginarse que terminaría como sospechosa en una serie de ataques a muggles. El mundo de Harry Potter pertenece a J.K Rowling. Crédito...