Comimos pastel, platicamos un poco sobre el como nos habíamos conocido yo y el ciervo (Con la obvia versión resumida y sin asesinatos), la historia para todos resultó ejemplar y llena de amor en lo que cabía la palabra, era un poco cursi teniendo en cuenta de que la estábamos contando a publico del infierno pero era perfecta, lo consideraron, para demonios tan viejos como nosotros. No hubo ninguna duda al respecto.
- Y bien, ¿Quién de ustedes dos es el pasivo y quién el activo? - Preguntó Angel Dust cuando todos nos encontrábamos comiendo tranquilamente, mi cervatillo casi se ahoga con el pastel que estaba masticando en ese momento, fue una pregunta de muy mal momento. - No me imagino a ninguno de ustedes teniendo un orgasmo pero por alguna razón a Cristopher le encuentro forma de que es un pervertido por dentro. - Me sonrosé por un momento.
- ¿Qué cosas preguntas en este momento? - Le regañó Vaggie - Que te valga lo que hagan.
- Oye, yo sé de estas cosas pero teniendo frente a mi a semejantes enigmas no puedo quedarme con la duda. - Él se puso la mano sobre el pecho. - O es acaso que, ¿No lo han hecho aún?.
- Quién sabe. - Respondió el ciervo con unas latentes ganas de hacer entender a Angel que no nos gustaba responder esas cosas.
- Lo han hecho, te delataste. - Angel se mostró confiado. - Con una vez más que hables sabré exactamente cuantas veces ha pasado. - Y eso para nada que le gustó a mi esposo, esta vez si iba a cortarle la lengua a Angel.
- Alastor, Angel solo está jugando. - Traté de calmar ambas partes de la discusión. - ¿No es así? - Miré a Angel.
- Vamos, esto se está poniendo muy interesante. - Se quejó. - No puedo dejar esto así. ¿Cuándo volveré a tener la oportunidad de preguntar esto con tanta confianza?. Si no lo pregunto ahora ustedes como los viejos que son se molestarían. - Todos miramos a Angel con nuestras respectivas reacciones.
- No consideramos necesario eso tanto como crees, Angel. - Hablé yo. - Es algo divertido, pero no indispensable. - Quise sonar como un casto e inocente muchacho.
- ¿Y quién hace un desastre a quien? - La pregunta era un poco subida de tono para los demás presentes, todos teníamos nuestras edades así que debería estar bien si contesto esto, ¿No es así?
- Yo a él. - La respuesta de mi ciervo apareció, aún así Angel se vio confundido.
- ¿Alguna duda, Dust? - Sonreí especialmente para él.
- No tengo una maldita idea de quién es quién. ¡Son dos jodidas copias! - Punto para nosotros. - ¿Al menos podrían decirme certeramente quién es Alastor?
- Podría ser yo, - Era divertido jugar con los chicos, se estresan tan fácil por esto.
- O podría ser yo. - Reí. - Oh, vamos. Charlie adivinó hace un rato quién era quién, ella puede ayudarte. - Angel miró a la mencionada.
- Yo solo acerté por casualidad. No podría apostar nada ante ellos. - Se cruzó de brazos. Hasta que el misterio tuviera alguna pista para llegar a la resolución no se tocaría más. Ya que nos quedamos un momento en silencio Angel de nuevo habló.
- Bueno, ya que estamos en tanta confianza...- Él de dentro de su chaqueta sacó unos papeles pequeños de color rosa. - Quiero invitarlos a verme. - Nos mostró lo que resultaron ser boletos.
ESTÁS LEYENDO
El ciervo rojo, el ciervo azul...y yo.
أدب الهواةUna amorosa pareja de casados viviendo en su nuevo hogar. Ambos overlords del infierno, unidos por un lazo inquebrantable que han forjado a base de misteriosos sucesos y una inusual relación. Han logrado superar obstáculos desde siempre por lo cual...