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Estaban impresionados, todo lo relacionado a Kryos se volvió alucinante, probablemente era de suponer pues el recorrido hasta las instalaciones era de por si fantástico, es decir, debían tomar la autopista para salir de la ciudad, atravesar un bosque y adentrarse a lo más profundo de este para lograr dar con su destino, el trayecto les hacía sentirse fuera de la realidad, como si estuvieran en medio de una novela o película. Raziel comenzaba a experimentar un cosquilleo en su vientre, sus manos a sudar y su corazón a latir despavorido. ¿Qué debía hacer? El encuentro con su hermano lo ponía más nervioso que nunca. Relamió sus labios y giró impresionado cuando sintió una mano frotando su dorso, se encontró con su amiga quien le regalaba una sutil sonrisa. La niña le daba ánimos en silencio, lo que tranquilizaba al joven heredero.

Cuando entraron al recinto se quedaron sin habla, mentirían si dijeran que no estaban con la boca abierta, a pesar de tenerlo frente a ellos estaban incrédulos a lo que veían. Nunca esperaron entrar en instalaciones tan ¿futuristas? Kryos tenía ese toque elegante, tecnológico que al mismo tiempo combinaba perfectamente con su entorno.

El auto se detuvo, lo que provocó que los muchachitos por fin reaccionaran, Elián miró estupefacto al conductor, Trevor sonrió esperando que con ese gesto fuese suficiente para el otro entender que era real lo que veían.

— ¿En serio es aquí? —Masculló Raziel sin apartar la mirada de la entrada del edificio, entraban y salían un par de empleados. — ¿Es algún set de grabación? —Arleth se atrevió a carcajearse. Bueno, si lo quisieran Kryos sería bueno para una película de ciencia ficción. Tal vez hasta tenían extraterrestres dentro de las instalaciones sin que ella supiera.

— Ya bajen. —Argumentó el italiano igual de entretenido que la señorita.

Los chicos salieron del automóvil del joven heredero, Trevor se acercó para entregarle las llaves de este al muchacho que seguía embobado por el lugar. Arleth por su parte disfrutaba de una manera curiosa todo el momento, no sabía cómo describirlo, pero si se lo pidieran, ella diría que era como llevar a sus amigos a su rincón secreto por primera vez, que tal vez era algo similar a lo que sucedía en realidad.

La muchacha los empujó la espalda de sus amigos sin brusquedad, guiando a los dos jovencitos hasta la puerta de Kryos donde Cameron y los mellizos ya se encontraban esperando por ellos.

— Creo que tenía una cara similar cuando vine por primera vez. —Agregó Cameron con una sonrisa burlona al verlos.

— No, estabas más nervioso que impresionado. —Kai arremetió. — No dejabas de preguntar si Leth te perdonaría. —Ante la declaración los nuevos en pisar Kryos se relajaron, optando por dejar atrás sus caras de sorpresa y fascinación.

— Vamos, vamos. —Trevor pidió con cierta urgencia al revisar su reloj de mano, no estaban retrasados con las pruebas sin embargo aún debía encontrar una excusa creíble para justificar la presencia de los adolescentes.

La esencia de AuroraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora