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— ¡Perdón! —Kae, quien se encontraba al costado derecho de Arleth, se abalanzó sobre su amiga, la japonesa se aferró al cuerpo de la niña en una posición incómoda pero bastante significativa para ambas. Viendo desde fuera era perfectamente un emotivo abrazo, con un toque inocente y, quizá, infantil.

Trevor se alejó lo suficiente para darles su momento y espacio. El muchacho captó a los otros dos jóvenes limpiarse el rostro, comprendía que el ambiente se hubiese tornado un tanto denso, inhaló profundo y con una sonrisa suave el italiano se terminó por sentar en la silla que Federico usaba, a la derecha de Kai quedando junto a Raziel y cerca de Elián, atrayendo la atención de los susodichos de inmediato.

— Sé que parece imposible... —Su mente se iluminó por un microsegundo— Lo es —Ratificó en el momento provocando una ligera sonrisa en su amigo. — Pero estamos en Kryos, y Kryos logra hacer posible lo imposible. La prueba está en haber despertado a Madeleine Bennett. —Argumentó con orgullo, la señorita ahora se limpiaba las mejillas después de su emocional abrazo con Kae, la japonesa estaba siendo blanco de sonrisas burlonas por parte de Cameron quien le extendía un pañuelo. — Kryos obtuvo resultado "sin mucha complicación" y con el panorama más perfecto que se halla imaginado. Así que será igual con tu hermano, Raz. —Trevor mostró su apoyo y ánimo al dejar su mano sobre el hombro de su amigo, Raziel le sonrió aceptando lo que este decía. Se aferraba a creer en él, a estar confiado en las palabras del italiano.

No debía pensar lo peor, debía ser positivo, mirar siempre el lado bueno de la situación. Si su hermano presentaba alguna dificultad, si no lo recordaba, no importaba, porque él nunca olvidaría cuan importante era su hermano mayor y siempre estaría con él.

— Entonces... ¿Estás listo para verlo? —Raziel sintió un vacío en su estómago, el muchachito inhaló con profundidad para después liberar el aire con una exhalación fuerte y, tal vez, un tanto brusca.

— Sí. Quiero verlo. —Su voz delató lo afligido que se sentía.

— Bien. —Trevor se incorporó, siendo imitado por los varones del lugar. Kai clavó su mirada en Kae, pues esta no parecía tener intenciones de levantarse.

— Yo prefiero quedarme aquí. —Murmuró avergonzada, no deseaba dar mayor explicación, por lo que, a su hermano le bastó para no insistir.

— ¿No vienes? —Trevor se dirigía a su pareja, quien rápidamente negó.

— Paso, no me gusta mucho esa sala. —Y era franca, la sala de cápsulas no era de su especial agrado.

Las máquinas podrían haber cambiado, pero la sala misma no sufrió ninguna alteración, eso no le generaba buenos recuerdos a decir verdad. Así que si podía, intentaría evitar la sala lo más que fuera.

— Bien. —Trevor le sonrió, Arleth le devolvió el gesto. — Volvemos en un rato.

La muchachita asintió, de esa manera, y liderados por Trevor, el grupo de jovencitos se dispuso a abandonar el invernadero estando bajo la atenta mirada de las señoritas. Una vez que todos desaparecieron, Arleth se dirigió a su amiga.

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