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En el filo de su ventana un canario silvestre se posó para cantar, habría pasado desapercibido de no ser por el sonido de su balada; al notarlo Leth se acomodó tratando de ser lo más cuidadosa y sigilosa posible, encontrando la pose idónea en su c...

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En el filo de su ventana un canario silvestre se posó para cantar, habría pasado desapercibido de no ser por el sonido de su balada; al notarlo Leth se acomodó tratando de ser lo más cuidadosa y sigilosa posible, encontrando la pose idónea en su cama para no asustarlo. La jovencita consiguió capturar al animalito un par de veces en fotografía. Cuando la puerta de su habitación se abrió el ave salió volando, la chiquilla hizo un pequeño mohín de inconformidad, bueno, al menos tenía un par de buenas fotos.

La señorita tomó lugar en la orilla de su cama, su novio ingresó sonriendo. Debía aceptar que ver al italiano vestir tan casual, como en ese momento se encontraba, era un tanto extraño para ella, es decir, el chico usualmente estaba arreglado, a mayor o menor escala, no obstante, Trevor pocas veces se mostraba con una gorra encima, y ese día llevaba una de color blanco bastante bonita, sus lentes, unos vaqueros, playera negra y tenis.

El chiquillo traía una caja mediana con él, se sentó a un lado de su novia saludando con un casto beso en su mejilla.

—    Esto es para ti —Dejó la caja sobre el regazo de la niña, quien no demoró en abrir la misma y sonreír más amplio al divisar el contenido.

—    ¡Wow! —Leth sacó un primer libro, se dio unos segundos para admirar la portada, era de pasta dura de un color marrón borgoña, el título en dorado y la silueta de una pareja en el centro. Sin duda era un texto muy fantasioso a primera vista.

Lo colocó a su costado, retirando de la caja cinco libros, evidentemente no eran nuevos, algunos tenían la pasta gastada, pero si preguntaban eso le gustaba aún más.

—    ¿Qué es esto? —Murmuró la señorita abriendo el primer libro que tuvo en sus manos.

—    La saga entera de "Entre luz y sombra" —Contestó a la señorita— Tardaron un poco en llegar, especialmente porque Bianchi no los encontraba.

—    ¿En verdad vienen desde Italia?

—    ¡Claro! Querías leerlos, pensé en comprar unos nuevos, pero estos son los que te leía, bueno hay otros, hm... —Traer toda la librería habría sido muy caro, Trevor sonrió ante su propio pensamiento, tal vez sería más fácil ir hasta Italia para leer y mostrar todo cuento y obra que leyó para Leth por años.

Por un momento Trevor intentó recordar si todos los libros de "Entre luz y sombra" se encontraban en el mismo idioma, no podía asegurar que fuese así, pues estaba convencido de que existieron lecturas en italiano.

El jovencito tenía lagunas en su memoria, tal vez, muy probablemente uno de esos libros estaría en italiano, una peculiaridad mínima; reteniendo una carcajada y sus ganas de revisar cada ejemplar, el muchacho sonrió con diversión para sí mismo. Dejaría pasar ese pequeño detalle, esperaría a que su novia le reclamara dado el momento.

—    No pretendía pedir mucho, pero gracias —Leth apartó la caja de entre ellos para poder abrazar a su novio, sin duda era un gesto bastante preciado para ella— ¿Puedes leerlo para mí?

La esencia de AuroraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora