El frío calaba su cuerpo y no eran suficientes las delegadas sábanas que lo cubrían, una ráfaga de viento golpeó la pequeña ventana de su habitación y provocó que su piel se erice y que un pequeño escalofrío recorriera su espalda.
Aún somnoliento restregó sus ojos y quitó las sábanas, desde su cama dió un vistazo hacia la ventana, el día apenas comenzaba y ya tenía unas inmensas ganas de volver a dormir.
Soltó un bufido y salió de la cama, caminó hacia la cama de su hijo quien aún parecía inmerso en su sueño, acarició su mejilla y dejo un cariñoso y casto beso sobre su frente.
Con la imagen de su bebé aun en su cabeza, se dirigió hacia el baño que tenía la habitación. Allí quitó sus prendas una por una dejándolas dentro del cesto de la ropa sucia.
Abrió la lluvia y se adentro en la bañera dejando que el agua cayera sobre él, enjabonó su cuerpo procurando eliminar todo tipo de cansancio y estrés que la universidad y su trabajo le otorgaban, aún sin quererlo.
Pasó varios minutos bajo el agua, una vez que salió de la ducha, cepilló sus dientes y arregló su cabello, dejando que pequeñas ondas se formaran en este.
Rodeó su cuerpo con una toalla, la cual llegaba hasta sus muslos. Cuando llegó a la habitación nuevamente, sacó la ropa que se pondría aquel día para ir a sus clases.
Usó un Jersey azul, pantalones negros y un par de tenis blancos. Tampoco podía olvidar su amada colonia para bebés.
Seria muy infantil decirlo, pero Jimin era amante de la colonia de su bebé, había adquirido un poco de adicción hacia esta luego de habérsela colocado a su hijo.
Datos curiosos que solo él sabía.
Salió de la habitación y camino hacia la cocina, prepararía el desayuno para sus pequeños. Un par de tostadas con mermelada para Jun y también para él, waffles para Soobin y un poco de leche, con galletas de limón, para su bebé.
Preparó cada alimento con paciencia, no se consideraba un fan de la cocina, sin embargo, había descubierto que era una forma de quitarse el estrés y es justo lo que quería.
Hoy era un día especial, debido a que en la universidad a la que asistía, elegirían a la pareja de baile, la cual representaría a la institución en las competencias de finales de fin de año.
Quería ganar, era su sueño desde que entró a la universidad, se había esforzado mucho en las prácticas y ensayos junto a sus compañeros que no quería perder ante los demás estudiantes, sentía que era justo para todos que su equipo ganase después de haber puesto tanto empeño en el baile grupal.
Y no quería ganar solo para representar a su universidad, si no también sería una gran oportunidad tanto para el como para sus hermanos, tendría la oportunidad de cambiar de trabajo, quizás y hasta se volvía reconocido en el ámbito del baile y la danza contemporánea, eso haría que todos sus problemas se solucionaran más rápido.
No estaba nada mal soñar con algo así, todos tenemos sueños en la vida y el de Jimin era ser un bailarín profesional y reconocido por su talento y profesionalismo a la hora de bailar.
Una vez sirvió el desayuno para cada miembro de la familia, comenzó a llamarlos.
—Lo siento por tardar hyung, esperaba a Soobin—Murmuró Jun adentrándose en la cocina, seguido por el pequeño Soobin.
—Tranquilos chicos, terminen su desayuno para que vallan a clases—Pidió mientras secaba sus manos.
—¿Saldrá tarde de sus clases, hyung?
Esta vez fue Soobin quien preguntó.
El rubio terminó de morder su tostada antes de contestarle.
—No lo sé pequeño—Se encogió de hombros—Saben que las prácticas suelen extenderse si el profesor lo quiere—Los menores asintieron—Pero no sé preocupen, Can se quedará con Suni hoy.
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[The Contract ]_KOOKMIN_
FanficJimin nació en Seúl, siendo el primogénito de la familia Park, vivió junto a sus padres y hermanos desde niño, y fue feliz hasta el día en que su adolescencia comenzó. Vivió etapas dolorosas y difíciles de olvidar, la pérdida de madre y un embarazo...