Miro por última vez el piso que ha sido mi hogar durante los dos últimos años, me daba mucha pena irme de aquí, pero nunca he estado mucho tiempo en un sitio, sin contar claro mi infancia, desde que cumplí los 18 años y entre a la universidad creo que no he estado más de dos años en un mismo sitio, salvo esta última vez y todo fue porque acabe enamorada de la ciudad a la que vine a trabajar y es que Florencia es maravillosa.
Estudie psiquiatría y actualmente trabajaba en un hospital psiquiátrico ubicado a las afueras de la ciudad de Florencia, y digo que actualmente sigo trabajando porque me sigo pensado si después de mis tan esperadas vacaciones volverá aquí o por el contrario me iré a otro sitio a trabajar y es que no es por ser alabanciosa pero desde que acabe la carrera, no sé si fueron las notas a la predisposición que ponía en las practicas por ser la mejor, que siempre he tenido ofertas de trabajo en cualquiera de los países a los que me fui a estudiar, porque como dije antes desde que entre a la universidad no he estado mucho tiempo en un sitio diferente y es que el primer año de la carrera lo estudie en España, que es de donde soy, el segundo año me fui a Chicago, debo decir que fue una experiencia única, y el frio no era ningún problema, porque yo me había criado en un pueblo del norte de España donde todos los inviernos caían buenas nevadas.
El tercer año le pase en París, que decir que estuvo muy bien, pero para mi gusto los franceses son un poco bastante estirados.
Y mi último año de universidad lo pase en Italia, pero no fue en Florencia sino en Roma y mi máster sí que lo realicé en Florencia, donde me quede durante dos años trabajando, más el año que estuve estudiando, se puede decir que mi estancia en esta ciudad fue de 3 años.
Y podéis pensar, como es posible que hayas estudiado en 4 sitios diferentes, pues sencillo, el dinero, mis padres tienen dinero y no es ningún secreto que el dinero mueve montañas.
Ahora mismo estoy sentada en el avión rumbo a Madrid, será la primera vez que vea a mis padres en dos años, y no es que yo no haya querido ir a verlos, sino que tenía mucho trabajo y bueno vamos a ser sinceros tampoco es que haya tenido muchas ganas de ir al pueblo donde me crie. Pero ahora que tengo vacaciones los dos meses de verano, si me llego a ir algún sitio y mi madre se hubiera enterado me había desheredado en un minuto y no es que el dinero me importe, pero no es muy bonito ver a mi madre enfadada.
Cuando menos me doy cuenta, estamos aterrizando en Madrid y lo primero que hago cuando bajo del avión y cojo mi equipaje es alquilar un coche para poder ir a mi pueblo. Después de firmar los papeles para el alquiler del coche, escogí un BMW X6 negro, me dediqué a guardar el equipaje y una vez que lo hice puse rumbo a mi pueblo, Guardo, situado en medio de unas cuantas montañas en la provincia de Palencia.
Mientras iba conduciendo por la autovía, solo podía pensar en si había hecho bien en cogerme esas vacaciones para ir a visitar a mis padres, y cada vez que lo pensaba, se hacía más intenso el sentimiento de que no había sido una buena idea. Al fin de cuentas todo el mundo quiere volver a su pueblo natal cuando lleva mucho tiempo sin volver, pero en mi caso no era así y es que yo nunca había encajado con la gente del pueblo, siempre he tenido carácter y nunca me callaba ni una, así que supongo que eso no gustaba mucho, y no es que me importase la verdad, solo era una niña que decía lo que pensaba sin importar las consecuencias, siempre han dicho que las verdades ofenden. Ahora a mis 25 años, había cambiado bastante desde que era una niña, en lo físico mi pelo seguía siendo rubio oscuro casi castaño, ojos marrones, delgada y obviamente había crecido hasta la altura de 1,66 cm. La diferencia con unos cuentos años menos, era que tenía granos y usaba gafas.
En cuento a mi carácter seguía siendo el mismo que cuando era pequeña, y no me importaba porque gracias a él, había obtenido todos los méritos que se me atribuían a mis 25 cortos años.
Pero volviendo a la realidad, es que ya no tenía granos, las gafas las seguía utilizando pero las alternaba con lentillas y claro ahora era mucho más madura que cuando solo era una niña, a veces las cosas dolían, pero básicamente ahora solo me limitaba a ir con mi cabeza muy alta por todos los méritos que he obtenido y porque el que alguien me critique me entra por un oído y me sale por el otro.
Después de tres horas y media de viaje, por fin pude ver el letrero que anunciaba que había entrado en mi pueblo, mientras iba pasando por el pueblo mirando las diferentes calles y personas, me di cuenta de que en estos dos últimos años que no había venido por aquí el pueblo en sí no había cambiado mucho y lo más probable es que las personas tampoco lo hubieran hecho.
Cuando doblé la esquina que daba a la casa de mis padres, pude ver que había otro coche estacionado en la entrada y enseguida reconocí que se trataba del coche de mi hermana y de su marido. Probablemente mi madre le había contado a mi hermana que venía después de dos años y mi hermana había decido venir para verme, y eso que a mi hermana la había visto como hace 5 meses cuando mi sobrino, Diego, había venido una semana de vacaciones para estar conmigo.
Aparque el coche detrás del de mi hermana y salí de él, cuando me dispuse a caminar escuche que alguien me hablaba y por desgracia reconocí la voz del chico que me había hecho la vida imposible en mí infancia.
-No puedes aparcar el coche ahí- me dijo él, mientras que yo estaba rezando por dentro para que no me reconociese, porque habían pasado dos años y yo había cambiado un poco.
Sin intención de contestarle, empiezo a caminar para entrar en casa de mis padres, cuando el vuelve hablar
-Si piensas que no te he reconocido Alina estas equivocada- cuando termina de decirlo le noto detrás de mí, demasiado cerca para mi gusto- me encanta saber que has vuelto y que este verano va a ser muy interesante- termina diciendo y pasa por al lado mío para irse a su casa.
Y mientras le veo caminar, sé que no he hecho bien en volver al pueblo y lo único en lo que puedo pensar es en cómo voy a sobrevivir al verano, sabiendo que Oliver Pascual sabe que he vuelto.
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Él, mi pasado
RomanceDespués de estar 2 años fuera de mi país natal, decido volver para poder ver a mi familia, pero cuando llego al pueblo donde viven mis padres y donde me crie, sé que no he tomado la mejor decisión del mundo debido al encuentro que tengo con él, el h...